Foto: Presidencia.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, le puso números al recorte presupuestal que tendrá que hacer el gobierno en 2024: “Es de alrededor de $20 billones de pesos”, dijo Bonilla en una entrevista con Blu Radio. Eso equivale a 20% del presupuesto total de inversión de 2024, que bordea los $100 billones, un monto históricamente alto.

El anuncio llega luego de que el Ministerio de Hacienda decidió bloquear temporalmente todas las partidas presupuestales que no contaran con un Certificado de Disponibilidad Presupuestal (CDP), un documento que expide la entidad como paso previo para comprometer la plata a distintos programas del gobierno y entidades del orden nacional.    

Los dos anuncios confirman que el gobierno hizo cuentas alegres con el presupuesto y el recaudo de impuestos, como habían advertido varios análisis. Ese desfase se dio en medio de un crecimiento económico bajo, decisiones adversas al gobierno en la Corte Constitucional, que tumbó partes claves de la reforma tributaria, y del choque entre Bonilla y el exdirector de la Dian, Luis Carlos Reyes

El recorte presupuestal llega poco antes de que el Ministerio tenga que entregar el Marco Fiscal de Mediano Plazo, un documento en el que proyecta cómo va el cumplimiento de la Regla Fiscal y que es observado de cerca por los mercados y acreedores de Colombia. 

¿Por qué importa?  

El recorte y el bloqueo del Presupuesto son medidas dolorosas para las aspiraciones del gobierno de transformar el país por medio del gasto público. No tiene un antecedente en la historia reciente y golpea el abultado presupuesto con el que contaba el presidente Petro, luego de su reforma tributaria de 2022. Aunque el ministro Bonilla afirmó que buscará recortar gastos de funcionamiento y de inversión, el grueso del recorte debe venir de la inversión, pues el funcionamiento es poco flexible.

Esa medida extraordinaria envía una señal de alivio parcial para los acreedores del gobierno, como compradores de bonos y entidades internacionales que le prestan plata al país. Muestran que el gobierno está moviéndose para cumplir la Regla Fiscal, una ley que le pone un nivel máximo de gasto al gobierno y garantiza que va a poder pagar sus obligaciones. Aun así, se queda corto frente a cálculos de expertos. Por ejemplo, Anif, un tanque de pensamiento del sector financiero, afirma que el hueco por el bajo recaudo será de $26 billones.  

Sin embargo, el bloqueo del Presupuesto también le da un grado de discrecionalidad al gobierno sobre dónde hacer los recortes. Eso se definirá en un decreto que, según Bonilla, se presentará el martes de la próxima semana. El criterio para hacer los recortes señalará ganadores y perdedores dentro del gabinete, y está por verse qué tanto pesa el criterio del nivel de ejecución de cada ministro. Por ahora, el gobierno dice que no sacrificará el gasto social ni el programa central de cambio del gobierno. 

También podría limitar el presupuesto de entidades de control, como la Procuraduría, y de la rama judicial, con las que ha tenido enfrentamientos políticos. Ahí los recursos disponibles para reducir el gasto son mínimos, pero podrían generar un gran debate público. 

Claves de lo que está pasando

  • Desde ayer el Presupuesto General de la Nación está congelado parcialmente. Las partidas bloqueadas son las que no se han “comprometido”, un término en la jerga presupuestal que significa que ya se surtieron varios pasos luego de la aprobación de los montos que hizo el Congreso, las llamadas “apropiaciones”. Es decir, que la plata apropiada, pero no comprometida, es la que entra en la discusión de los recortes. Pero de esa plata, la mayoría es de gasto de funcionamiento del Estado, como los salarios y las transferencias. Esos montos son inflexibles y no hay mucho de dónde cortar. Eso hace que la mayoría de la plata que entra en la discusión del recorte viene del presupuesto de inversión. De acuerdo al último reporte de ejecución del MinHacienda, hay $50 billones de inversión que no han sido comprometidos.  

  • Hoy el ministro Bonilla informó que el recaudo tributario neto, entre enero y mayo de 2024, había caído 6,5% con relación al 2023. La reducción es el doble de lo que cayó durante la pandemia, muestra el tamaño del hueco y deja claro que no será posible llegar a la meta que se habían planteado en el presupuesto. Esos números contradicen la versión de Reyes, quien de salida de la Dian seguía insistiendo en que dejaba una entidad sólida. Ahora Reyes llegó al Ministerio de Comercio, recién nombrado por Petro.  

  • El bajo recaudo tiene como origen principal el bajo crecimiento de la economía en 2023 (parte de lo generado el año pasado se recauda en 2024) y al inicio de este año. En 2023 el PIB creció solo 0,6%, la mitad de lo que proyectaba el MinHacieda. A ese descuadre atribuyó Reyes parte del bajo recaudo, con una puya indirecta a Bonilla.
    Por otro lado, Reyes había prometido un recaudo adicional de $15 billones por medio de la recuperación de dinero en litigios. Pero esa promesa dependía de un proyecto de ley que debía tramitar el MinHacienda. Desde el inicio se advirtió que era una promesa arriesgada. En medio de las tensiones entre Bonilla y Reyes, el MinHacienda dejó que el proyecto de ley quedara congelado en el Congreso. Ahí el hueco se hizo más grande.      

  • El presupuesto de 2024 se aprobó en octubre de 2023 en el Congreso, bajo la sombra de la demanda en la Corte Constitucional a un artículo que prohibía a las empresas mineras y petroleras deducir los pagos de regalías al Estado de su impuesto de renta. En vilo estaban más de $3.4 billones en proceso de recaudo del 2023, y una cifra similar que asumía el presupuesto 2024 que se recaudaría ese año. En noviembre, la Corte declaró el artículo inexequible, y el presidente Petro respondió atacando a la rama judicial. Con ese ambiente, la Corte negó una solicitud del gobierno para postergar los efectos de la sentencia, y luego, tras una débil defensa del ministro Bonilla, negó un Incidente de Impacto Fiscal, otra manera con la que el gobierno buscó salvar $6.7 billones que ya se habían recaudado mediante la retención en la fuente. “Fue un error del gobierno”, admitió Petro. Uno que se suma a las cuentas alegres de Bonilla y Reyes.  

  • A la hora de hacer recortes, el criterio del gobierno es aún difuso. Según Bonilla, las líneas rojas son los programas sociales y los programas del gobierno. Ahí cabe de todo. “Mamola”, dijo Petro frente a la posibilidad de recortar recursos de programas de la reforma agraria. 

Otro criterio para recortar es el del nivel de ejecución. Pero algunos de los sectores más lentos son precisamente los de los programas sociales y del corazón del programa del gobierno. El Ministerio de Igualdad no ha comprometido ni un peso de los $400 mil millones que tiene apropiados. El DPS tiene aún por comprometer más del 85% de sus $10 billones.   

  • En la búsqueda de más recursos, el ministro Bonilla dijo que emitirán un decreto para reducir el subsidio al Acpm. El gobierno ya hizo una apuesta enorme para bajar los subsidios a la gasolina. Ahora Bonilla anunció que reducirá los subsidios para los grandes compradores de Acpm. Sin embargo, para tocar realmente el grueso de esos subsidios sobre el Acpm que se vende al público, tiene que avanzar en una movida políticamente muy riesgosa. Ahí afectaría al poderoso sector del transporte de carga que tiene la capacidad de hacer grandes paros, un propósito hacia el que el gobierno se ha movido con cautela. Incluso tras haber bajado los subsidios a la gasolina, en 2024 esos subsidios le costarán $20 billones, según Bonilla. Es el mismo monto que el gobierno proyecta recortar del Presupuesto.  

¿Qué dicen los protagonistas?

  • Las señales de Petro sobre las líneas rojas: “Ahora viene un recorte presupuestal y los técnicos lo primero que dijeron es que hay que recortar el presupuesto de la reforma agraria. ¡Mamola! Aquí se recorta presupuesto de otra cosa, pero menos del compromiso que hizo el Estado colombiano ante la humanidad. El presupuesto de la reforma agraria no se recorta”, afirmó el presidente Petro en un discurso en Aguachica, Cesar.

  • El ministro Bonilla reconoce las cuentas alegres: “Las metas de recaudo fueron excesivamente optimistas y hoy estamos enfrentando la realidad de que no se va a alcanzar la meta. (…) El mensaje importante es que tenemos que sincerar las cuentas de cuál es la deuda real y cómo garantizamos la estabilidad fiscal”, dijo en una entrevista hoy.

Lo que viene

  • El Consejo de Ministros, donde se sientan todas las cabezas del gabinete con el presidente Petro, será este lunes festivo. Ahí, según Bonilla, se tomarán las decisiones sobre dónde se harán los recortes. Luego, el martes, se presentará un decreto donde se determinará qué sigue congelado y qué partidas se liberan. 

  • El viernes de la próxima semana el ministro debe presentar el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Ahí el gobierno, además de los recortes, mostrará cuáles son sus nuevas metas de recaudo y sus presupuestos de crecimiento económico, no solo para 2024, sino también para 2025. Ese documento es clave para la evaluación que hace el Comité de la Regla Fiscal, un ente independiente que vigila el cumplimiento de la Regla, y también para inversionistas y acreedores del Estado.

  • El trámite de un proyecto de ley para elevar el techo de la deuda, que ya está en curso, tomará más importancia. El gobierno necesita que el Congreso autorice elevar el monto por el cual puede pedir plata prestada para solventar problemas de caja ante un recaudo reducido de impuestos.  

Desde el 2021 soy el editor general de La Silla Vacía. Estudié filosofía en la Universidad Nacional, luego hice una especialización en periodismo en Los Andes y una maestría en comunicación en la Universidad de Georgetown. He trabajado en TV, radio y prensa.