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En este perfil de la Red Líder, el negociador de paz Frank Pearl hace una reflexión sobre el proceso con las Farc y destaca la necesidad del liderazgo moral de los jóvenes en el país.

Información del líder
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Nombre del líder
Frank Pearl
Fecha y lugar de nacimiento
8 de mayo de 1962 en Bogotá 
Ciudades donde ha vivido
Bogotá, Toronto, Sao Paulo, Caracas y Boston
Estudios
Economía en la Universidad de Los Andes. Posgrado en Finanzas. Posgrado en Derecho. Maestría en Administración de Empresas. Maestría en Administración Pública y Fellowship en Desarrollo de la Universidad de Harvard.
Actividades profesionales
Negociador en temas de paz.
Entidades o empresas con las que ha trabajado
Consultor en Mckinsey & Company. Presidente de Valorem (antes Valores Bavaria). Consejero Presidencial para la Reintegración, Alto Comisionado para la Paz, Ministro de Ambiente, Negociador con las Farc y Jefe Negociador de la fase exploratoria con el ELN.
Líderes admirados
John F. Kennedy y Martin Luther King
Profesión frustrada
Ciencia política
Columnistas favoritos
Daniel Samper Ospina es su favorito entre los 12 columnistas colombianos que lee. De los extranjeros Roger Cohen, Thomas Friedman y Joseph Stiglitz.
Causas que apoya
Derechos de los menores y de las minorías. La paz y la lucha contra la pobreza y corrupción.
Libros leídos recientemente
“Democracia y Libertad” de Amartya Sen, “Being Mortal” de Atul Gawande y “The Meaning of Human Existence” de Edward O. Wilson
Plan favorito
Ver “La Novicia Rebelde” con sus hijas. Mejor película, “The Matrix”.
Música favorita
Los Beatles, Supertramp, Cold Play. De la música colombiana el merengue, el vallenato y Fonseca.
Bolívar o Santander
Bolívar
 
Reflexiones

La Red Líder: En un discurso reciente para los graduados en la Universidad de los Andes planteó la responsabilidad de los jóvenes en la construcción de la sociedad. Dijo que si hubiera sabido antes la diferencia entre el ser, el hacer y el tener, le hubiera sido muy útil. ¿En qué consisten estas diferencias?

Frank Pearl: Cuando estaba en la universidad me hice la pregunta que se hace mucha gente que es: en qué voy a trabajar, qué voy hacer y qué quiero tener. Qué voy a poder conseguir con el trabajo, cómo va a ser mi vida. En ese momento dejé de lado las preguntas quién soy y cuál es mi propósito. Muchos años después entendí que cuando uno reflexiona sobre esas preguntas y decide trabajar por algo que representa ese propósito, encuentra significado en muchas actividades. Cuando a uno le encanta lo que hace, el ser, el hacer y el tener se resuelven.

LRL: En el mismo discurso sostuvo que el país necesita que los jovenes ejerzan un liderazgo moral. ¿Por qué lo dice?

FP: Colombia es un país en que desafortunadamente muchas personas no respetan las reglas, las leyes y las normas sociales, lo que significa vivir en sociedad y respetar los derechos de los demás. Tenemos una cultura en donde se gana o se pierde, y muchas personas están dispuestas a ganar inclusive pasando por encima del otro. Necesitamos más cooperación, solidaridad, compasión, conciencia de lo que significa ejercer la ciudadanía y un sistema de normas sociales y justicia que castigue apropiadamente a quien hace mal.

LRL: ¿Y qué espera de los jóvenes en ese contexto?

FP: La generación que viene es más consciente acerca de los problemas sociales y ambientales, es más generosa, le da más importancia al trabajo en sí mismo. Los jóvenes tienen la oportunidad de construir una sociedad más equitativa, más meritocrática y que premie el conocimiento, el trabajo honrado, la solidaridad y la cooperación. Una sociedad moderna.

Tengo la certeza de que vamos a conseguir la paz

Frank Pearl

LRL: ¿Colombia tienen una cultura violenta?

FP: Sí y hay que modificarla, todavía hay violencia intrafamiliar, violencia verbal y los colombianos llegamos a pelear porque pensamos distinto. Pensar distinto bajo ningún punto de vista significa ser enemigo de alguien. Sería muy peligroso que todos pensáramos igual. Las sociedades en las que todo el mundo piensa igual tienen regímenes totalitarios donde no hay libertad de expresión y en ellos, no es que todo el mundo piense igual, lo que pasa es que la gente no puede expresar libremente sus ideas. Debemos valorar las diversas opiniones. Somos violentos en el uso del lenguaje y esa violencia lleva a la descalificación de otros.

LRL: Usted es la persona que más tiempo lleva en la negociación con las FARC. Primero como Consejero de Paz del gobierno de Uribe, luego como Ministro de Ambiente en la fase secreta y finalmente en la mesa de negociación. Es decir, lleva una parte importante de su vida apostándole a un resultado muy incierto. Un elemento fundamental del liderazgo es el riesgo, ¿cómo explicaría ese proceso desde el punto de vista personal?

FP: Muchas personas durante muchos años me han dicho que es una apuesta muy grande y que si la apuesta no sale, pierdo. No creo eso. El verdadero fracaso en la vida es no intentar lo que de verdad. Cuando las cosas no salen como uno quiere, hay aprendizajes y nuevas oportunidades, como decía en el discurso en la Universidad de los Andes.

LRL: ¿Cómo analiza esa apuesta y esfuerzo de 6 años a la luz del resultado del plebiscito?

FP: El 2 de octubre fue un aprendizaje que nos hace más sabios, mas humildes, humanos, más fuertes y más capaces. Tengo la certeza de que vamos a conseguir la paz. Saliendo de esto, vamos a poder enfrentar la pobreza en Colombia y a movilizar el país. Realmente no me da miedo. La Silla Vacía una vez escribió un artículo sobre mí -‘el hombre que no tiene plan b’- realmente no es que no tenga plan b, hay muchos planes, pero no tengo objetivo b. El objetivo es la paz, no considero la posibilidad de que las cosas no salgan si uno persiste.

No escuchamos con suficiente atención y profundidad las dudas y observaciones de quienes estaban en contra del acuerdo

Frank Pearl

LRL: ¿Cómo se explicó a sí mismo el resultado del plebiscito?

FP: Fue un conjunto de factores. El perdón es una situación que obliga a reflexionar y que muestra oportunidades que antes no veíamos. De aquí podemos salir con un trabajo mejorado, un mejor acuerdo del que habíamos construido y que represente a más colombianos con mayor legitimidad. Estuve muy tranquilo el 2 de octubre, el 3 me levanté a la misma hora, no cancelé ninguna reunión; sigo adelante con el mismo objetivo.

LRL: ¿Qué reflexiones le dejó el resultado?

FP: En primer lugar, hubiéramos podido comunicar mucho mejor el contenido del acuerdo, sus implicaciones, los beneficios y riesgos. Hay una lección en el tema de comunicación.

En segundo lugar, es importante reconocer que en Colombia, por la existencia del conflicto durante tantos años, todavía hay muchas personas que tienen miedo, rabia y deseo de revancha. La pregunta es si el miedo, la rabia y los deseos de revancha son los sentimientos que pueden llevar a un país hacia la modernidad. Creo que no. Hay que cambiar el miedo por la esperanza, la rabia por la compasión y superar la indiferencia a través de un compromiso. No nos podemos quedar anclados al pasado.

En tercer lugar, no escuchamos con suficiente atención y profundidad las dudas y observaciones de quienes estaban en contra del acuerdo. Probablemente porque nosotros en La Habana tuvimos esas mismas dudas pero tuvimos 4 años para resolverlas. Creímos que como nosotros ya las habíamos resuelto, los colombianos también podían resolverlas de manera casi automática.

En cuarto lugar, hay un 63% que muestra apatía e indiferencia hacia lo político y hacia lo público. Muestra la falta de credibilidad del sector público en Colombia.

LRL: El equipo negociador ha ejercido un liderazgo eminentemente colectivo. Todo el mundo habla de las bondades del liderazgo colectivo, pero pocos han sufrido los rigores de este. ¿Cómo fue ese proceso de liderazgo colectivo al interior del equipo?

FP: Como cualquier equipo tuvo etapas. Una etapa de la conformación sumando un grupo de personas que no son un equipo. Luego se fijan una meta, un propósito, y empiezan a trabajar en medio de un ambiente muy difícil. Vivimos 6 personas, con algunos cambios, durante casi 5 años, en una misma casa. Lo cual fue muy enriquecedor desde un lado, pero un ambiente tensionante desde muchos puntos de vista. La agenda no tenía ningún punto fácil y no hubo uno solo en el que todos automáticamente estuvimos de acuerdo.

LRL: ¿Por qué?

FP: Porque somos personas con trayectoria, que pensamos con independencia y que queremos compartir nuestra vision para que las cosas queden de la mejor manera posible. Tuvimos todo tipo de situaciones de enorme fortaleza y cohesión interna, pero también momentos de profunda división y crisis. Lo supimos manejar porque nos comprometimos a resolver los problemas internamente, con respeto, protegiendo el proceso y protegiendo el país. Por eso logramos un muy buen resultado, así al final este no haya pasado el examen final.

LRL: ¿Cómo manejó el equipo la complejidad de ejercer liderazgo en La Habana, cuando el liderazgo general del proceso estaba a cargo del presidente Santos?

FP: Hubo un liderazgo del presidente en Colombia, un liderazgo del presidente sobre el equipo y un liderazgo del presidente sobre las Farc. En los momentos que creía conveniente, él entraba y salía, y el equipo lo tenía claro, sabíamos que primero estaba el jefe de Estado. Ese acoplamiento fue clave para que las cosas funcionaran.

LRL: Usted era un banquero de inversión exitoso que decidió irse al sector público a reinsertar ex guerrilleros y ex paramilitares. Eso es muy extraño en Colombia. ¿Fue por liderazgo, altruismo o masoquismo?

FP: Cuando tomé esa decisión la revista Dinero sacó un artículo que decía ‘Del cielo al infierno.’ Lo hice en un momento de mi vida en el que precisamente estaba juntando el ser, el hacer y el tener. Encontré que a pesar de que tenía un trabajo espectacular, que profesionalmente me llenaba muchísimo, quería hacer algo que tuviera un mayor significado para mí y vi en ese proceso un tema humanitario, social y de desarrollo regional.

LRL: Cada colombiano entiende el proceso de paz de una manera diferente. ¿Para usted que representa en la historia de Colombia?

FP: Me parece que lo que ha pasado, incluyendo al 63%, es fascinante porque sin lugar a dudas todos los colombianos hemos reflexionado sobre qué es la paz, qué es la conflictividad, qué es la ciudadanía, qué es vivir en sociedad y cuál sociedad queremos. Todos los colombianos hoy en día tenemos más claro eso y el reto hacia delante es trabajar juntos en lo que nos une, que es la inmensa mayoría de las cosas. Lo que hay aquí es una enorme oportunidad para hacer un proyecto cívico desde la ciudadanía.

LRL: ¿Qué puede cambiar?

FP: Que contribuya a dos cosas, no solamente a la adecuada implementación de los procesos de paz, con una legitimidad mayoritaria, sino a la transformación del sector público en Colombia porque hay más conciencia. El gran reto que tenemos es transformar las prácticas políticas, renovar a quienes ejercen la política porque, con muy valiosas excepciones, no son las que necesitamos para movilizar el país. Los ciudadanos lo que nos están pidiendo ese cambio.

LRL: ¿De qué manera cree que el éxito del proceso de paz cambiará la política colombiana?

FP: Hemos estado acostumbrados a vivir con el conflicto siendo el centro de atención del país, pero eso es un efecto inútil, destructivo y un distractor. La enorme ventaja que vamos a tener, es que si terminamos ese conflicto, vamos a tener que mirarnos al espejo y ver esos problemas profundos que no hemos resuelto. Las Farc ya no son el principal problema que tiene Colombia. Pero reformar el tema de la justicia, modernizar la economía, da legitimidad a lo público. Cuando no tengamos este actor, las Farc, vamos a enfocarnos en lo que importa que es modernizar el país. En un país equitativo y moderno. El principal beneficio de los acuerdos no está en los textos, sino en quitar ese distractor.

 

 
Perfil de liderazgo
Frank Pearl - Red Líder

La Red Líder: ¿Cuáles diría que son esas influencias que han determinado su estilo y sus motivaciones de liderazgo?

Frank Pearl: Mi papá por ver el mundo de una manera amplia y mi mamá por el tema del servicio. Mi tío abuelo que fue provincial de los Jesuitas, era una persona muy educada y era filósofo. Tenía un mundo muy amplio, era una persona muy humana pero muy inconforme, se llamaba Guillermo González. Mi abuela materna que me influenció desde el punto de vista de la cultura anglosajona, que es el trabajo duro, la meritocracia, el buen uso de los recursos, la discreción, el respeto por los demás, la austeridad y la compasión.

LRL: ¿De dónde es su familia?

FP: Por el lado de mi papá, de Canadá. Nació en Toronto. Trabajé algún tiempo allá. Es un país de inmigrantes, con las comunidades indígenas cuyos derechos fueron pisoteados por muchos años, pero que hoy tienen una fuerza importante a pesar de ser una minoría. Un país bicultural por el tema entre Francia e Inglaterra. Haber vivido allá y haber estudiado en Canadá me marcó, cuando me gradué de la maestría estuve a punto de quedarme a trabajar en Toronto. En ese momento pensé que era una sociedad casi armada, en cambio en Colombia tenemos mucho que construir y por eso me devolví.

LRL: ¿Cómo describiría la cultura de liderazgo del país?

FP: La cultura de liderazgo en Colombia está muy amarrada a los individuos. Hay una paradoja de la que habla el profesor Heifetz que es la paradoja de la confianza, lo que nosotros necesitamos es poder crear un conjunto de sistemas. Donde el sistema ejerza liderazgo y tenga en su ADN liderazgo. Un sistema que se atreva a trabajar en la frontera de su conocimiento y capacidades para aprender a transformar y adaptarse a las nuevas realidades.

Desde el punto de vista de liderazgo individual, me gusta una definición de Marshall Ganz que es ‘liderazgo es facilitar que otros cumplan su propósito en condiciones de incertidumbre’.

LRL: ¿Cómo observa el liderazgo colectivo en Colombia?

FP: Tenemos muy poco liderazgo colectivo, necesitamos más. Las experiencias de liderazgo colectivo al final se han frustrado porque los egos y los personalismos de los líderes se estrellan. Han sido incapaces de poner un propósito por encima de los intereses particulares, sin excepción.

LRL: ¿Cree que dado el contexto apropiado, cualquiera puede ser líder?

FP: Sí. El liderazgo es una decisión. El liderazgo es una actividad en un momento particular con un propósito definido. Seguimos siendo una sociedad demasiado jerárquica y vertical, y podemos ser una sociedad más equitativa si aplicamos el liderazgo de manera colectiva.

LRL: ¿A qué personas de la vida pública del pasado le reconoce liderazgo?

FP: Bolívar, Santander, el General Mosquera, Eduardo Santos, Alberto Lleras, Jorge Eliecer Gaitán y Luís Carlos Galán.

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