Antioqueña, de Santa Rosa de Osos, esta ex magistrada es egresada de la Universidad Autónoma Latinoamericana y tiene especializaciones en derecho penal y en alto gobierno, maestría en derecho penal del Externado y un doctorado en derecho penal en esa universidad. Su padre, Miguel Ángel López, era un telegrafista que llegó a ser concejal de Santa Rosa y de San Vicente, siempre conservador y bajo la tutela de Álvaro Villegas Moreno.

Empezó su carrera como gerente general del Terminal de Transporte de Medellín, en parte gracias a los contactos de su padre. Después de un paso de dos años por el Banco Popular, fue durante 11 años personera delegada para lo penal en la Personería de Medellín.

De allí pasó a ser magistrada auxiliar en el Consejo Superior de la Judicatura y luego magistrada de la sala jurisdiccional del Consejo Seccional de la Judicatura del Tolima. Después fue procuradora judicial II en Neiva. Luego regresó a la rama judicial, como magistrada de la Sala Penal del Tribunal Superior de Pereira.

Pero fue en 2007 cuando se dio a conocer a nivel nacional, pues a finales de ese año Álvaro Uribe la incluyó en una terna conservadora y femenina para elegir magistrada del Consejo Superior de la Judicatura en reemplazo de Leonor Perdomo.

López, que obtuvo 107 votos, le ganó a Mónica Rosero García, que tuvo 24, y a María Constanza Rivera, que tenía el guiño de Uribe y logró 87. En esa elección no participaron los congresistas del Polo Democrático ni algunos liberales, que criticaron al gobierno por monopolizar el poder de todas las ramas.

López era cercana al político ramista Gabriel Zapata Correa. El entonces gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, era aliado de Zapata y la condecoró con el Escudo de Antioquia en octubre de 2009.

Como magistrada López buenas relaciones con Uribe, e incluso intentó mediar entre él y la Corte Suprema en medio del choque por la negativa de la Corte a elegir fiscal.

En el Consejo Superior actuó como una voz minoritaria.

Con Jorge Armando Otálora, luego Defensor del Pueblo, se opuso a la mayoría que lideraba José Alfredo Escobar Araújo. Por ejemplo, fue la única que salvó el voto en una tutela que tumbó una condena de la Corte Suprema a una representante a la Cámara por haber usado un avión de la Fuerza Aérea en una campaña electoral, que en ese momento se señaló como una puerta para tumbar la parapolítica; con Otálora se opusieron a una tutela que votó la mayoría  y que tumbó una terna para elegir al director de la Rama Judicial.

Por ese tipo de actitudes, López y Otálora eran vistos como “la cara decente del Consejo Superior de la Judicatura”, según varias fuentes. López fue construyendo, además, una imagen de mujer independiente y de carácter. Sin embargo, logró ser elegida presidente del Consejo Superior en 2009, por unanimidad.

En 2012, López destapó el ‘carrusel de pensiones’ en el Consejo Superior de la Judicatura, con lo que se ganó la enemistad de varios de sus colegas pero reforzó su imagen pública. Además eso le sirvió para acercarse al Gobierno, que en ese momento necesitaba un empujoncito para destrabar la reforma a la justicia y lograr que el Congreso aprobara la eliminación del Consejo Superior. 

El 31 de octubre de 2012, el presidente Juan Manuel Santos la ternó para la Procuraduría General de la Nación. El 6 de noviembre radicó una carta en la presidencia del Senado, que entonces ocupaba Roy Barreras, para pedir que se aplazara la elección del Procurador para que se hiciera en diciembre, como siempre se había hecho antes, y debido a que tenía muy poco tiempo para hacer campaña.

Esa solicitud nunca llegó a la plenaria del Senado y el 27 de noviembre, día en el que el Senado había programado la elección para Procurador, López renunció a la terna, alegando falta de tiempo y de garantías para hacer su campaña. A pesar de que esas renuncia fue pública, el Senado votó y reeligió a Alejandro Ordóñez como Procurador con 80 votos; López tuvo cinco a pesar de que ya había renunciado.

En noviembre de 2015, ante la inminencia del cierre del Consejo Superior de la Judicatura, renunció a una defender la prórroga de sus periodos que apoyaron otros magistrados. Pasó a dedicarse al litigio, la asesoría jurídica y la enseñanza universitaria.

El 16 de septiembre de 2016, Santos la ternó como su candidata a la Procuraduría, con el aval del conservatismo. Así, se enfrentó al ex ministro Fernando Carrillo y el ex vicefiscal Jorge Perdomo.