Fue Auditor General de la Nación entre 2011 y 2013. En julio de ese año fue reemplazado por la abogada Laura Emilse Marulanda Tobón. Nació en San Gil, Santander. Es abogado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga con dos especializaciones en derecho, una en Derecho Público del Externado y otra en Derecho Administrativo de la Santo Tomás. Tiene otra en docencia universitaria de la Universidad Cooperativa. Además es administrador de empresas y negocios internacionales de la Corporación Universitaria Remington.

Ardila empezó su vida política como estudiante, cuando entró al Frente de Izquierda Liberal Auténtico (Fila), el movimiento liberal liderado por Horacio Serpa en Santander. Junto con el ahora condenado Ramón Ballesteros y con el actual director de Fiscalías en San Gil, Germán Ordóñez Plata, entre otros jóvenes, era parte del círculo cercano al ex vicepresidente de Ernesto Samper.

En 1990, cuando estrenaba su primer cargo, Ardila protagonizó una sonada movida. Elegido diputado como parte del Fila, cuando se instaló la Asamblea en octubre, se separó de sus colegas de movimiento y se alineó con los de otro grupo liberal, la llamada Confederación Liberal cuyo jefe era Rodolfo González. Con ese cambio repentino obtuvo la vicepresidencia de la Asamblea, pero comenzó su alejamiento de Serpa.

Dos años después salió de la Asamblea y pasó a convertirse en secretario jurídico del primer gobernador elegido popularmente, Juan Carlos Duarte, quien había sido elegido con el apoyo de la Confederación Liberal y de otros grupos no liberales. En 1993 Ardila fue nombrado director del Instituto Financiero para el Desarrollo de Santander (Idesan) y, en 1997, Secretario de Gobierno del alcalde liberal de Bucaramanga, Luis Fernando Cote Peña. Hasta ese momento su vida profesional estaba centrada en cargos públicos.

Pero tuvo un cambio, por motivos que La Silla Vacía no conoce. Junto con algunos socios, pero como cabeza visible del grupo, en 2002 invirtió en una pequeña institución de educación técnica, la Corporación Interamericana de Educación Superior (Corpocides), la cual ha crecido con el tiempo y tiene sedes en otras ciudades del departamento, como San Gil y Barbosa.

Hacia el mismo momento, junto con otros amigos como Germán Torres (quien en 2011 fue precandidato conservador al Concejo de Bucaramanga), Diego Otero Prada y Quintín Herrera, fundó la sede de la Corporación Universitaria de Ciencia y Desarrollo – Unicencia, extensión Bucaramanga. Unicencia ya existía hace algunos años en Bogotá y en Cali, y con sus amigos Ardila obtuvo el derecho de conseguir una sede en Bucaramanga.

Con esa presencia en dos entidades de educación superior, se convirtió en un educador para sus amigos y en un negociante de la educación para sus detractores. Ardila ha sido rector de las dos instituciones y rector de derecho en Uniciencia, que tiene programas nocturnos y otros especialmente dirigidos para que profesionales de otras áreas obtegan un segundo título de abogado. Entre quienes han estado en ese programa se incluyen el ex jefe de Convergencia Ciudadana Luis Alberto Gil e Iván Moreno, ambos investigados por la justicia, y Mauricio Mejía, precandidato a la alcaldía de Bucaramanga, ex gerente del Acueducto.

Una de las pruebas que presentan sus detractores para decir que es un mercader de la educación, es la carta de bienvenida de 2010 a sus estudiantes, que aún está montada en la página web de Uniciencia Bucaramanga. En esa carta ofrece a sus alumnos un bono de 100 mil pesos por cada estudiante nuevo que ellos llevaran a la Universidad para matricularse. Y, si eran varios los nuevos matriculados, quien los llevara podría ganar “ipod’s, palm’s y computadores portátiles”.

Mientras seguía con su trabajo en el sector educativo, Ardila no se distanció totalmente de la política. Por ejemplo, fue uno de los miembros del comité ejecutivo de empalme de Serpa cuando iba a recibir la gobernación, en 2007.

Además, la política está en su familia. Su primo Jaime Durán Barrera es un político liberal y desde 2006 está en el Senado. Y su hermano, Ricardo Durán, que murió en marzo de 2011, era alcalde de San Gil.

Entre 2009 y 2010 participó en tres procesos para ser designado magistrado del Consejo de Estado y del Consejo Superior de la Judicatura. Cuando fue elegido Auditor, aún estaban en curso dos de estos procesos. Según Kien y Ke, Ardila iba detrás de la Auditoría y para eso estaba moviendo a políticos liberales y santandereanos para que le hicieran lobby en el Consejo de Estado; y según El Espectador, contaba con el apoyo del procurador Alejandro Ordóñez, la contralora Sandra Morelli y el anterior auditor Iván Darío Gómez Lee.

Como lo contó La Silla Vacía, Ardila fue elegido Auditor General de la República en mayo de 2011. Aunque su cargo es relativamente de bajo perfil, tiene un presupuesto de más de 16 mil millones, y su labor es crucial, pues es quien vigila a las contralorías, entidades que han sido claves en todos los procesos de corrupción que se han venido destapando.