Del Castillo fue el Secretario Jurídico de la Presidencia durante todo el segundo período de Álvaro Uribe.

Estudió derecho en la Universidad del Rosario, en la misma época que el polémico abogado Álvaro Dávila y los hermanos Moreno Rojas. Allí también se especializó en derecho administrativo y derecho financiero. Luego hizo un curso de arbitramento en la Cámara de Comercio Internacional de París, y otro de negociación y de métodos alternativos de solución de conflictos en Harvard.

Su carrera profesional empezó en temas financieros pero poco a poco fue virando hacia el sector público. Fue abogado del Banco de la República, asistente del vicepresidente jurídico y de la secretaria general del Banco de Colombia, trabajó en oficinas de abogados y llegó a ser gerente jurídico de la Fiduciaria Ganadera. Tras un breve paso por el sector público, como jefe jurídico del Ministerio de Desarrollo en 1994 bajo Mauricio Cárdenas, fundó una oficina propia. En 1995 creó “Del Castillo y Asociados” con su hermano Gabriel.

Ya como abogado independiente, Del Castillo pasó del derecho financiero al derecho administrativo. Se dedicó a asesorar empresas estatales.  Su amiga cercana Alicia Arango, a quien Enrique Peñalosa había nombrado como directora del Instituto Distrital de Recreación y Deporte en Bogotá, lo nombró como asesor jurídico de la entidad que manejaba. Su esposa Diana Margarita Beltrán fue la directora de Espacio Público al final de la administración de Peñalosa y continuó en la de Mockus.

En esos años, Del Castillo también asesoró otras entidades del distrito, como el IDU, la antigua Secretaría de Tránsito y Transporte y el Fondo de Vigilancia y Seguridad, al que representó en un Tribunal de Arbitramento en París. También fue apoderado de varias fiduciarias en otros tribunales de arbitramento.

Fue por esta época, en 1999, que, según el comunicado que Del Castillo envió a varios medios, conoció a Paula Galofre, la esposa de Manuel Nule, y se hizo amigo de ella y tuvo “en alguna ocasión relación profesional”.

Con la victoria de Álvaro Uribe, en 2002, su carrera dio otro salto. Su amiga Alicia acompañó a Uribe desde los principios de su campaña y, con la victoria, Uribe la nombró Secretaria Privada. Además, otra cercana amiga, María del Pilar Hurtado, la asilada ex directora del DAS, quedó de asesora del Secretario General de la Presidencia de ese entonces, Alberto Velásquez. 

Esos nuevos contactos en Palacio lo llevaron, primero, a asesorar a la Alta Consejería para el Plan Colombia, que dirigía Sandra Suárez. De allí pasó a asesorar a Telecom, el Ministerio de Transporte, Invías, Inco, Acción Social y el Icbf, entre otras entidades. Su carrera le sonreía. Y, según El Tiempo, fue en este período cuando Del Castillo llevó a Paula Galofre y a Rina Mendoza, la esposa de Miguel Nule, a trabajar a la Alta Consejería para el Plan Colombia.

Fue en ese momento que Del Castillo llegó a la escena pública, cuando el Presidente Uribe, por recomendación de Alicia Arango,  lo nombró para reemplazar a Mauricio González, a quien el Senado había elegido para la Corte. En ese cargo se convirtió en miembro del sanedrín de Uribe.

Sirvió como enlace entre Palacio y la Embajada de Estados Unidos en la extradición de los 14 cabecillas paramilitares, que para algunos fue una forma de intentar frenar la ‘parapolítica’. Eso demostró que Del Castillo ya hacía parte del círculo íntimo de Uribe y que le era útil para resolver los problemas que se pudieran presentar.

Cuando la Corte Suprema de Justicia condenó a Yidis Medina por vender su voto para asegurar la reelección presidencial, Uribe pidió que se repitieran las elecciones de 2006 y para tomar esa decisión se reunió con su círculo más cercano. Allí estaba Del Castillo junto con Bernardo Moreno, Alicia Arango, Fabio Valencia Cossio y Jaime Lombana. “El equipo más cercano al Presidente estaba conformado por Alicia Arango, Bernardo Moreno, José Obdulio, Miguel Peñaloza, Edmundo del Castillo,” dijo en una entrevista César Mauricio Velásquez, el jefe de prensa de Palacio, incluyendose él mismo en ese círculo. 

Cuando ya Del Castillo estaba acomodado, estalló el escándalo de la visita del paramilitar alias ‘Job’. En abril de 2008, Del Castillo y Cesar Mauricio Velásquez se reunieron con el paramilitar, presuntamente porque éste tenía pruebas de la relación entre magistrados de la Corte Suprema y narcotraficantes. Del Castillo quedó en el ojo del huracán, acusado de reunirse para conspirar contra la Corte Suprema puesto que no había mostrado las supuestas pruebas; la Procuraduría y la Fiscalía le abrieron investigaciones en septiembre de ese mismo año, cuando cumplía un año en el Palacio.

Con el tiempo, Del Castillo fue consolidando cada vez más su posición en el uribismo. Con la salida de Palacio, en abril de 2009, de José Obdulio Gaviria y de Luis Carlos Restrepo, ganó en importancia. Y más aún cuando se preparaba el nuevo referendo reeleccionista, en el que su condición de Secretario Jurídico era clave para Uribe. No había cumplido dos años en el gobierno, pero ya tenía el peso suficiente para salir en un medio nacional y opinar que Uribe se debía postular en 2014 y no en 2010, como se lo dijo a Yamid Amat.

Pero se cogió confianza y en medio del tire y afloje entre la Corte Suprema y Uribe por la terna para Fiscal, Del Castillo tuvo un desliz y le dijo a los medios que su jefe estaba pensando en modificar la terna para Fiscal General e incluirlo. Eso le produjo un regaño de Uribe y dañó cualquier posibilidad de que hiciera parte de la terna, en septiembre de 2009.

A pesar de eso, Del Castillo se mantuvo en el círculo de confianza de Uribe. Primero, como lo informó La Silla Vacía, visitó a la Corte Constitucional en la mañana del día que se iba a fallar el referendo reeleccionista. Y también terminó involucrado en el escándalo de las chuzadas, por las que fue llamado a interrogatorio por la Fiscalía en julio pasado. Martha Leal, la ex subdirectora de operaciones del DAS que firmó un preacuerdo con la Fiscalía y contó lo que sabía sobre las “chuzaDAS”, lo implicó en las ilegalidades que se cometieron, después de que el ex director de inteligencia de esas misma entidad, Jorge Tabares, ya lo hubiera mencionado.

Mientras Del Castillo estaba en Palacio, heredó sus negocios a su hermano Gabriel, que tiene un perfil profesional similar. Gabriel, que ya tenía contratos personales con Presidencia cuando llegó Edmundo a Palacio, heredó sus contratos con el Fondo Nacional del Ahorrocon Invías para el túnel de la Línea, y con la Caja de Vivienda Militar.

Hoy en día, después del escándalo que ha afectado a Edmundo y que hizo que Gabriel renunciara a su contrato con el Icbf, es asesor jurídico de varias entidades del Estado.