La caleña Claudia Blum, nacida en 1948, es una política de origen liberal, uribista y cercana al expresidente Andrés Pastrana, que también estuvo en la fundación del partido Cambio Radical. 

Psicóloga de la Universidad del Valle, entró a la política antes de cumplir 40 años.

Hija de Harold Blum y de Liliam Capurro, de una familia adinerada de Cali. En 1966 se casó con Francisco Barberi, uno de los dueños de Tecnoquímicas, empresa a la que la Superintendencia de Industria y Comercio sancionó en 2018 por el cartel de los pañales desechables. 

Sus primeros pasos fueron como periodista del Diario del Pueblo, que fundó su primo Luis Fernando Londoño Capurro para hacerle competencia al El País de los Lloreda y al Diario Occidente, de los Caicedo, ambos conservadores.

En 1982, las Farc asesinaron a Harold Blum, su papá, tras intentar secuestrarlo en su finca en Palmira, Valle. 

Seis meses después, Claudia Blum se fue a dirigir Proartes, una fundación caleña creada para llevar músicos de otras partes del país y, en general, para desarrollar la escena cultural en Cali.

Llegó a la política en 1984 cuando su primo Luis Fernando, que era político liberal de la corriente del senador Gustavo Balcázar, la invitó a ser candidata al Concejo de Cali por el Partido Liberal. 

Ganó y estuvo allí en su período de dos años. Según un empresario caleño que la conoce, allí “se le plantó muy duro al cartel de Cali” en una época en donde los hermanos Rodríguez Orejuela mandaban en muchos aspectos de la ciudad. Repitió curul en el Concejo entre 1990 y 1991 por el Nuevo Liberalismo. 

A principios de los noventa, estuvo en la campaña presidencial de César Gaviria, participando en el comité financiero y de actividades regionales.

A pesar de sus inicios liberales, en 1991 entró al partido, de origen conservador pero que sumó figuras liberales, que Andrés Pastrana había creado: Nueva Fuerza Democrática. Con ese apoyo, llegó por primera vez al Senado (de las cuatro veces en la que fue elegida) y se dio a conocer por temas ambientales.

Participó en la campaña presidencial de Pastrana en el 94. Ese mismo año, hizo campaña para reelegirse como senadora y en esa ocasión su fórmula a la Cámara de Representantes fue Ingrid Betancourt. Las dos salieron elegidas.

Crítica desde entonces del oficialismo liberal, que apoyaba a Ernesto Samper, se alejó de su partido y en la campaña del 98 se opuso a que los liberales apoyaran a Horacio Serpa, junto con otros liberales no oficialistas como Humberto de la Calle y Alfonso Valdivieso, cuya aspiración apoyó. 

Con ellos llegó de nuevo a la campaña de Pastrana, de nuevo candidato godo, junto con otros políticos de la época como Noemí Sanín y Luis Alberto Moreno, de quien desde entonces es amiga.

Su nuevo lugar político fue con Cambio Radical, del que fue fundadora en 1998 con buena parte de los liberales que no estaban con Samper, como Carlos Holmes Trujillo (también caleño), Roy Barreras o Juan Lozano. Con esa camiseta se reeligió al Senado. 

En 2001, cuando las campañas presidenciales se estaban calentando de nuevo, su amigo el empresario Isaac Yanovich la contactó con Álvaro Uribe (a quien conocía porque estuvieron juntos en el Senado, pero no eran cercanos). A ella le gustaron las posturas de seguridad del candidato, se reunió dos veces más con él de manera informal en el Gun Club de Bogotá y terminó apoyándolo a fines de 2001.

Fue así como Claudia Blum hizo parte de las pocas personas que apoyaron y que creyeron en Álvaro Uribe desde que las encuestas lo mostraban con solo un 2 por ciento de chances para ser el presidente en 2002. Desde entonces, Blum se convirtió en una férrea uribista. 

Tres consultados (dos empresarios caleños que la conocen y un político uribista), nos referenciaron por aparte que tanto Blum como su familia, son aliados del expresidente y jefe del Centro Democrático.

“Son muy cercanos y amigos. Ella es de las furibistas caleñas”, nos dijo uno de los empresarios. El otro nos habló en términos muy similares.

Cambio Radical apoyó también a Uribe, y Blum aspiró al Senado en fórmula a la Cámara con Gina Parody, una de las candidatas consentidas de Uribe. Las dos salieron elegidas y entraron a la coalición de gobierno.

En 2005, Blum se conviritió en la primera mujer del país en ser la presidenta del Senado, y decidió no buscar más la reelección. pues su esposo Francisco Barberi y Uribe le dijeron que la preferían en la campaña presidencial para apoyar el segundo mandato del uribismo.

Con eso, en 2006, apoyó la campaña al Senado de Germán Vargas Lleras y la exitosa reelección.

Luego de la campaña, su apoyo a Uribe trajo sus frutos: sonó para ser Ministra del Interior, Canciller o embajadora ante Estados Unidos, Uribe la nombró embajadora ante la ONU en Nueva York, en reemplazo de María Ángela Holguín. 

Allí forjó su experiencia en relaciones exteriores, y estuvo en el cargo todo el segundo cuatrenio Uribe, y ayudó a que Colombia entrara al Consejo de Seguridad en 2010. En su cargo diplomático conoció a Iván Duque y desde que terminó ese periodo vive entre Nueva York y Cali con sus hijos y nietos. 

Al igual que con Uribe, apoyó a Duque desde el inicio de su candidatura. Incluso, para la primera vuelta, Blum, su esposo y su cuñado Juan Manuel Barberi, le donaron de a 80 millones de pesos cada uno.

Dos fuentes indicaron que tanto Blum como su esposo le organizaron eventos de recaudación de fondos al entonces candidato uribista, aprovechando su conexión con el círculo empresarial caleño, que en la ciudad se conoce como el grupo del Club Colombia.

Su siguiente rol fue en Diálogo Interamericano, un think tank con sede en Washington, de líderes que promueven la gobernanza y la equidad en Latinoamérica y el Caribe, en el que ella daba conferencias.

Blum se ha mantenido vigente con una columna semanal en el tradicional diario El País de Cali, en donde muestra su línea política. Por ejemplo, en una de las últimas columnas antes de que Duque la designara Canciller, habló sobre el proceso judicial de Uribe ante la Corte Suprema, e insistió en que el expresidente “rescató a Colombia del destino de Estado fallido que recibimos en este Siglo”. 

Son tan cercanos que quien hizo la presentación de su autobiografía ‘Mi vida en lápiz’ en noviembre de 2017 fue Álvaro Uribe.

Esa misma cercanía dio para que en la precampaña a la Alcaldía de Cali de 2019 fuera mencionada por varios uribistas dentro de la baraja de candidatos de los ‘cacaos’ como contamos, pero esa aspiración nunca cuajó.

Ya como presidente, Iván Duque la nombró para ser Canciller el mismo día que él movió al canciller Carlos Holmes Trujillo al Ministerio de Defensa, un cambio político tras la salida de Guillermo Botero por las presiones de la moción de censura en su contra.