Nunca he creído en los sesudos análisis de los llamados expertos nacionales e internacionales sobre la política exterior colombiana. El mal disimulado antiuribismo de la mayoría de ellos, la simple ignorancia o en algunos casos patente mala fe los ha llevado a decir toda clase de tonterías en los últimos años.

A Clarena Acosta la fusilo su ex marido en la noche de Año Nuevo, dos días después Olga Lucía Galindo fue convertida en una  antorcha humana por su novio 33 años mayor que ella y a los siguientes quince días la fiscalía llamó a juicio al Coronel Joaquín Aldana por descuartizar a su esposa, Erika Gutiérrez.

Si ya sé, me estoy volviendo aburrido con este tema. Si sigo así voy a acabar como Florence Thomas quien lleva 6 años escribiendo todas las semanas la misma columna.

Tomo prestada la tesis, que expuso Jorge Humberto Botero, en Hora 20, esta semana: Lo más preocupante del concepto del Procurador es su reconocimiento que los topes de ley fueron violados y la contabilidad presentada por los promotores fue falsa, pero ello no significa ningún tipo de problema grave para el “Defensor del Interés Público”.

Se supone que Colombia es el país problema de Latinoamérica. En algún momento, hace unos años, las noticias internacionales describían nuestra situación como “una guerra civil” y se movilizaron a Bogotá legiones de periodistas, centenares de funcionarios de la burocracia internacional y toda clase de ONG’s de derechos humanos, de desplazados, de resolución de conflictos y de cuanta cosa uno de pudiera imaginar.

Aunque el proceso todavía continúa el caso de la senadora Zulema Jattin es un ejemplo perfecto de la arbitrariedad e improvisación con la cual la Corte Suprema de Justicia ha abocado las investigaciones de la parapolítica.

La historia es más o menos la siguiente:  

Después de meses de rumores promovidos desde la Corte, sin siquiera rendir una versión preliminar y mucho menos una indagatoria se le dicto una medida de aseguramiento por concierto para delinquir.

“Se puede decir que un fantasma recorre las calles de Copenhague y creo que anda entre nosotros en esta sala, ese fantasma espantoso que casi nadie quiere nombrar es el capitalismo”, dijo con convicción el Teniente Coronel que desgobierna a Venezuela en la Cumbre de Cambio Climático.

En términos generales resulta conveniente en una sociedad que se regule el porte y tenencia de armas de fuego, pero el sancocho estadístico que presentó el general Naranjo para sustentar su campaña de desarme deja más interrogantes que respuestas.

Un poco tarde, ya sé, para opinar sobre el muy opinado informe de la Corporación Nuevo Arco Iris sobre el declive de la seguridad democrática. De creerlo uno se imaginaría que las FARC acaban de hacer una pesca milagrosa en la Autopista Norte, los cultivos de coca florecen en el plan de Ibagué, Neiva se ha convertido en el campamento base de la Teófilo, los herederos de Mancuso se aprestan a controlar el 80% del Congreso y la oficina de Envigado acaba de reemplazar al Sindicato Antioqueño como el mayor empleador de Medellín.

Esa es la frase utilizada en una de las pautas de La Silla Vacía.