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Este es el paso a paso de la adición de la vía Ocaña-Gamarra, los momentos políticos del momento y la ruta de la coima que ha revelado la Fiscalía.
¿Qué es Odebrecht y cuándo llegó a Colombia?
Odebrecht fue una de las empresas brasileñas más grandes, con presencia en 25 países y más de 128 mil empleados. Con negocios en el sector de la infraestructura, la construcción y la energía, era una de las muestras del crecimiento de Brasil como potencia emergente hace algunos años, y su caída es una de los símbolos de su derrumbe.
Llegó a Colombia en 1992, cuando ganó la licitación para construir la ferrovía La Loma - Santa Marta para el transporte de carbón, en alianza con la constructora colombiana Conciviles S.A.
Participó en otras obras durante los noventas, como las estaciones de petróleo de la British Petroleum, el proyecto del puerto carbonífero Drummond, y las plantas de tratamiento de aguas residuales de Cañaveralejo en Cali y Salitre en Bogotá, y la represa Hidromiel en Caldas.
Se fue del país en 2002 y regresó en 2009, cuando se ganó la licitación para construir un túnel para el alcantarillado de Bogotá (el túnel Tunjuelo - Canoas - Río Bogotá), en consorcio con los hermanos Solarte; y meses después, la de la concesión para construir y hacerle mantenimiento al sector dos de la Ruta del Sol (un tramo de 528 kilómetros que va desde Puerto Salgar, Cundinamarca, hasta San Roque, Cesar), en asocio con Corficolombiana y los hermanos Solarte.
¿Cuál es el escándalo?
Los problemas de la empresa brasileña empezaron en 2014 en su tierra natal, con una operación masiva contra el lavado de dinero por corrupción, llamada Lava Jato. La justicia brasileña aprovechó que dos expertos en lavado estaban cooperando en un caso más pequeño para investigar y revelar una enorme red de pago de sobornos a la petrolera estatal, Petrobras. Los que pagaban eran las constructoras que obtenían sus contratos, incluyendo las cinco más grandes de Brasil: Camargo Corrêa, Queiroz Galvão, OAS, Andrade Gutierrez y Odebrecht.
El escándalo estalló en Colombia en diciembre, después de meses de discusiones sobre los efectos en el país de las decisiones de la justicia brasileña, especialmente tras la condena a Marcelo Odebrecht, la cabeza de la constructora, en Brasil.
El 21 de diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos hizo público un acuerdo con Odebrecht y varios de sus ejecutivos en los que éstos aceptaban haber pagado sobornos en 12 países por más o menos 788 millones de dólares en pagos de sobornos, incluyendo Colombia.
Sobre Colombia dice que pagó “más de 11 millones de dólares en pagos corruptos en Colombia con el fin de asegurarse contratos para hacer obras públicas”, que “la compañía obtuvo utilidades de más de 50 millones de dólares como resultados de esos pagos corruptos” y que “entre 2009 y 2010, Odebrecht aceptó pagar, y luego pagó a través de su División de Operaciones Estructuradas y con la autorización de su empleado número 6, un soborno de 6,5 millones de dólares al funcionario encargado de adjudicar un proyecto de construcción del Gobierno colombiano en contraprestación de asistencia para ganar el proyecto”.
A partir de allí el escándalo fue creciendo y se fue profundizando en Colombia. Entre otros hechos, todo indica que hizo pagos por más de esa cifra, tuvo conexiones con las dos campañas presidenciales principales de 2014 (la reeleccionista de Juan Manuel Santos y la opositora del uribista Óscar Iván Zuluaga) y se debate si el Grupo Aval, el conglomerado económico del hombre más rico de Colombia, Luis Carlos Sarmiento Angulo, sabía de una de las coimas más importantes, la que aseguró su regreso a Colombia con el segundot ramo de la Ruta del Sol, que hizo a inicios de 2010, en el Gobierno Uribe.
¿Dónde están los 11 millones de dólares en sobornos?
Odebrecht reconoció haber pagado unos 11 millones de dólares en sobornos en Colombia.
La mayoría, 6,5 millones, los pagó para recibir la concesión del sector 2 de la Ruta del Sol. El exviceministro de Transporte del Gobierno Uribe, Gabriel García Morales aceptó que los recibió porque era el encargado de la licitación, y los hermanos Eduardo y Enrique Ghisays Manzur aceptaron que lo ayudaron a lavar parte de la plata.
García ha dicho que actuó solo para falsear la licitación, en su calidad de gerente encargado del difunto Inco.
Los otros 4,6 millones los habría recibido el ex senador Otto Bula para que ese mismo consorcio recibiera otra carretera que empata con la Ruta del Sol y la comunica con Norte de Santander, la transversal Río de Oro - Gamarra
Esos 4,6 le fueron pagados de forma fraccionada, según la Fiscalía, y Bula ha dicho que una parte se fue a la gerencia de la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en 2014.
Está claro que Bula se reunió con Andrés Giraldo, amigo cercano del gerente de esa campaña, Roberto Prieto, pero Giraldo refuta a Bula en que haya recibido dinero. De hecho, aunque Prieto firmó un preacuerdo con la Fiscalía y temrinó condendo por tres delitos en 2019, no tenían que ver con la campaña y la plata de Odebrecht, sino con un ejercer presiones en favor de otra concesionaria de la Ruta del Sol para que el Estado le diera un contrato adicional sin licitación.
¿Qué tienen que ver las campañas presidenciales de 2010 y 2014?
Odebrecht habría participado en la financiación de por lo menos tres campañas presidenciales: las de Juan Manuel Santos de 2010 y 2014, y la de Óscar Iván Zuluaga en 2014. Ninguno de esos hechos ha sido probado.
En la de Santos de 2010, cuando era uribista y su principal rival era Antanas Mockus, aparentemente pagó por hacer 2 millones de afiches a través de una empresa panameña de la entonces candidata a la Cámara por La U, María Fernanda Valencia (a quien luego Santos nombró directora de Artesanías de Colombia) y su esposo Otto Rodríguez.
En la de Zuluaga de 2014, porque según la Fiscalía pagó 1,6 millones de dólares a Eduardo ‘Duda’ Mendonca para que asesorara a la campaña (que por su lado pagó 1 millón de dólares).
Y en la de Santos de 2014, según Otto Bula habría enviado casi un millón de dólares a su gerencia través de él y de Andrés Giraldo.
¿Qué pasó con las obras de Odebrecht?
Sobre la concesión de la Ruta del Sol 2 hay un acuerdo de terminación y liquidación firmado.
Según ese acuerdo, Odebrecht y sus socios van a entregar las obras en el estado en el que están; la plata que hay en bancos irá a pagar a los empleados, proveedores y banco; la ANI y los interventores van a hacer un inventario de qué obras se hicieron, cuánto se les pagó y cuánta plata falta por girarles, y con ese dinero se va a pagar lo que falte a los bancos y seguramente se devolverá plata a los socios, incluyendo Odebrecht.
Con eso concluído, se definirá si hacer una concesión para las obras que faltan u otro tipo de contratos. Mientras tanto, la ANI entregará contratos de obra para que se haga el mantenimiento de la carretera y se terminen algunas obras puntuales que son necesarias y relativamente fáciles de hacer.
El contrato de la navegabilidad del río Magdalena caducó porque Navelena, el consorcio de Odebrecht y Valorcon, de la familia Gerlein, no consiguió nunca la plata para empezar en forma, lo que técnicamente se llama no tener cierre financiero.
Eso llevó a tener que arrancar de cero, de nuevo, el proyecto para recuperar la navegabilidad del río Magdalena. Mientras hace una licitación, Cormagdalena está haciendo pequeños contratos de dragado para mantener el río en condiciones mínimas.
Y el del túnel Tunjuelo - Canoas se terminó el 20 de noviembre de 2012, sin mayores problemas más allá de un atraso de cuatro meses.
¿Qué es Odebrecht y cuándo llegó a Colombia?
Odebrecht fue una de las empresas brasileñas más grandes, con presencia en 25 países y más de 128 mil empleados. Con negocios en el sector de la infraestructura, la construcción y la energía, era una de las muestras del crecimiento de Brasil como potencia emergente hace algunos años, y su caída es una de los símbolos de su derrumbe.
Llegó a Colombia en 1992, cuando ganó la licitación para construir la ferrovía La Loma - Santa Marta para el transporte de carbón, en alianza con la constructora colombiana Conciviles S.A.
Participó en otras obras durante los noventas, como las estaciones de petróleo de la British Petroleum, el proyecto del puerto carbonífero Drummond, y las plantas de tratamiento de aguas residuales de Cañaveralejo en Cali y Salitre en Bogotá, y la represa Hidromiel en Caldas.
Se fue del país en 2002 y regresó en 2009, cuando se ganó la licitación para construir un túnel para el alcantarillado de Bogotá (el túnel Tunjuelo - Canoas - Río Bogotá), en consorcio con los hermanos Solarte; y meses después, la de la concesión para construir y hacerle mantenimiento al sector dos de la Ruta del Sol (un tramo de 528 kilómetros que va desde Puerto Salgar, Cundinamarca, hasta San Roque, Cesar), en asocio con Corficolombiana y los hermanos Solarte.
¿Cuál es el escándalo?
Los problemas de la empresa brasileña empezaron en 2014 en su tierra natal, con una operación masiva contra el lavado de dinero por corrupción, llamada Lava Jato. La justicia brasileña aprovechó que dos expertos en lavado estaban cooperando en un caso más pequeño para investigar y revelar una enorme red de pago de sobornos a la petrolera estatal, Petrobras. Los que pagaban eran las constructoras que obtenían sus contratos, incluyendo las cinco más grandes de Brasil: Camargo Corrêa, Queiroz Galvão, OAS, Andrade Gutierrez y Odebrecht.
El escándalo estalló en Colombia en diciembre, después de meses de discusiones sobre los efectos en el país de las decisiones de la justicia brasileña, especialmente tras la condena a Marcelo Odebrecht, la cabeza de la constructora, en Brasil.
El 21 de diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos hizo público un acuerdo con Odebrecht y varios de sus ejecutivos en los que éstos aceptaban haber pagado sobornos en 12 países por más o menos 788 millones de dólares en pagos de sobornos, incluyendo Colombia.
Sobre Colombia dice que pagó “más de 11 millones de dólares en pagos corruptos en Colombia con el fin de asegurarse contratos para hacer obras públicas”, que “la compañía obtuvo utilidades de más de 50 millones de dólares como resultados de esos pagos corruptos” y que “entre 2009 y 2010, Odebrecht aceptó pagar, y luego pagó a través de su División de Operaciones Estructuradas y con la autorización de su empleado número 6, un soborno de 6,5 millones de dólares al funcionario encargado de adjudicar un proyecto de construcción del Gobierno colombiano en contraprestación de asistencia para ganar el proyecto”.
A partir de allí el escándalo fue creciendo y se fue profundizando en Colombia. Entre otros hechos, todo indica que hizo pagos por más de esa cifra, tuvo conexiones con las dos campañas presidenciales principales de 2014 (la reeleccionista de Juan Manuel Santos y la opositora del uribista Óscar Iván Zuluaga) y se debate si el Grupo Aval, el conglomerado económico del hombre más rico de Colombia, Luis Carlos Sarmiento Angulo, sabía de una de las coimas más importantes, la que aseguró su regreso a Colombia con el segundot ramo de la Ruta del Sol, que hizo a inicios de 2010, en el Gobierno Uribe.
¿Dónde están los 11 millones de dólares en sobornos?
Odebrecht reconoció haber pagado unos 11 millones de dólares en sobornos en Colombia.
La mayoría, 6,5 millones, los pagó para recibir la concesión del sector 2 de la Ruta del Sol. El exviceministro de Transporte del Gobierno Uribe, Gabriel García Morales aceptó que los recibió porque era el encargado de la licitación, y los hermanos Eduardo y Enrique Ghisays Manzur aceptaron que lo ayudaron a lavar parte de la plata.
García ha dicho que actuó solo para falsear la licitación, en su calidad de gerente encargado del difunto Inco.
Los otros 4,6 millones los habría recibido el ex senador Otto Bula para que ese mismo consorcio recibiera otra carretera que empata con la Ruta del Sol y la comunica con Norte de Santander, la transversal Río de Oro - Gamarra
Esos 4,6 le fueron pagados de forma fraccionada, según la Fiscalía, y Bula ha dicho que una parte se fue a la gerencia de la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en 2014.
Está claro que Bula se reunió con Andrés Giraldo, amigo cercano del gerente de esa campaña, Roberto Prieto, pero Giraldo refuta a Bula en que haya recibido dinero. De hecho, aunque Prieto firmó un preacuerdo con la Fiscalía y temrinó condendo por tres delitos en 2019, no tenían que ver con la campaña y la plata de Odebrecht, sino con un ejercer presiones en favor de otra concesionaria de la Ruta del Sol para que el Estado le diera un contrato adicional sin licitación.
¿Qué tienen que ver las campañas presidenciales de 2010 y 2014?
Odebrecht habría participado en la financiación de por lo menos tres campañas presidenciales: las de Juan Manuel Santos de 2010 y 2014, y la de Óscar Iván Zuluaga en 2014. Ninguno de esos hechos ha sido probado.
En la de Santos de 2010, cuando era uribista y su principal rival era Antanas Mockus, aparentemente pagó por hacer 2 millones de afiches a través de una empresa panameña de la entonces candidata a la Cámara por La U, María Fernanda Valencia (a quien luego Santos nombró directora de Artesanías de Colombia) y su esposo Otto Rodríguez.
En la de Zuluaga de 2014, porque según la Fiscalía pagó 1,6 millones de dólares a Eduardo ‘Duda’ Mendonca para que asesorara a la campaña (que por su lado pagó 1 millón de dólares).
Y en la de Santos de 2014, según Otto Bula habría enviado casi un millón de dólares a su gerencia través de él y de Andrés Giraldo.
¿Qué pasó con las obras de Odebrecht?
Sobre la concesión de la Ruta del Sol 2 hay un acuerdo de terminación y liquidación firmado.
Según ese acuerdo, Odebrecht y sus socios van a entregar las obras en el estado en el que están; la plata que hay en bancos irá a pagar a los empleados, proveedores y banco; la ANI y los interventores van a hacer un inventario de qué obras se hicieron, cuánto se les pagó y cuánta plata falta por girarles, y con ese dinero se va a pagar lo que falte a los bancos y seguramente se devolverá plata a los socios, incluyendo Odebrecht.
Con eso concluído, se definirá si hacer una concesión para las obras que faltan u otro tipo de contratos. Mientras tanto, la ANI entregará contratos de obra para que se haga el mantenimiento de la carretera y se terminen algunas obras puntuales que son necesarias y relativamente fáciles de hacer.
El contrato de la navegabilidad del río Magdalena caducó porque Navelena, el consorcio de Odebrecht y Valorcon, de la familia Gerlein, no consiguió nunca la plata para empezar en forma, lo que técnicamente se llama no tener cierre financiero.
Eso llevó a tener que arrancar de cero, de nuevo, el proyecto para recuperar la navegabilidad del río Magdalena. Mientras hace una licitación, Cormagdalena está haciendo pequeños contratos de dragado para mantener el río en condiciones mínimas.
Y el del túnel Tunjuelo - Canoas se terminó el 20 de noviembre de 2012, sin mayores problemas más allá de un atraso de cuatro meses.