El próximo 14 de agosto el Senado define quién reemplazará en la Corte Constitucional a Juan Carlos Henao. Luis Guillermo Guerrero y Carlos Medellín están en un cuerpo a cuerpo y al final lo que podría definir el ganador será el apoyo o rechazo a Germán Vargas Lleras si es cierto que el Gobierno cumple su palabra de mantenerse neutral.

El próximo 14 de agosto el Senado define quién reemplazará en la Corte Constitucional a Juan Carlos Henao. Luis Guillermo Guerrero y Carlos Medellín están en un cuerpo a cuerpo y al final lo que podría definir el ganador será el apoyo o rechazo a Germán Vargas Lleras si es cierto que el Gobierno cumple su palabra de mantenerse neutral.

En esta ocasión y a pesar de sus calidades como constitucionalista, Martha Sáchica está fuera de la competencia. Tanto Medellín, que es un liberal de Cambio Radical, como Guerrero, que es un magistrado auxiliar conservador, se han empleado a fondo estas semanas para ganar el voto de los senadores. El primero ya tiene asegurados los de la bancada del Partido Liberal, los de Cambio Radical y el de la ASI; y el segundo, el de los Conservadores. Esto los deja en un reñido empate de 23 contra 22 votos.

Para el desempate están seduciendo a los partidos y a cada uno de sus integrantes pues muchos congresistas quieren quedar en libertad para votar individualmente. En ese grupo de ‘indecisos’ están la U, el PIN, el Mira, el Polo, los Verdes, la ASI y la AICO. Pero la verdadera meta es conquistar a la U.

En total, la U suma 26 votos, suficientes no solo para desempatar sino para ganar de sobra los al menos 50 votos que se necesitarían si estuviera presente ese día todo el Senado. Los otros cinco partidos -que juntos suman 22 votos- pueden ser determinantes para un desempate, pero solo si la U no decide votar en bancada.

Mueva los circulitos del centro para ver quién ganaría según las variables (si votan en bancada o individualmente) para la elección si asisten los 99 senadores que actualmente hay en el Congreso.

La difícil conquista de la U

En la U, según pudo verificar La Silla, la mayoría quiere votar en secreto y de manera individual. Si es así, los votos se dividirán entre Medellín y Guerrero.

Aunque a Medellín muchos senadores lo aprecian y lo recuerdan en el escenario del Congreso por su paso por el Gobierno de Ernesto Samper, a ninguno se le olvida que es el gran aliado de Vargas Lleras y varios temen dejar en sus manos lo que uno de ellos llamó “el equilibrio constitucional del país” ya que este nuevo magistrado podría alterar el balance que hay hoy en la Corte que en muchos temas sensibles vota 5-4 liberal.

El temor es tan grande que a Cambio Radical le tomó casi dos semanas ponerse de acuerdo en apoyar al ex ministro de Justicia -que es de ese partido- y dos de sus senadores han dicho a sus colegas que no votarán aunque se trate de una decisión de bancada porque están sentidos con Vargas por enfrentamientos en el pasado.

Para convencer a los indecisos de no votar por Medellín, el nombre que más traen a colación es el de Augusto Ibáñez. Dicen que después de que Vargas “lo puso” en la Corte Suprema, Ibáñez se dedicó “a perseguir” a los congresistas. Es sabido que Ibáñez fue candidato de Cambio Radical al Senado y siempre ha existido el rumor de que Vargas Lleras le hizo campaña en la Corte.

Ibáñez jugó un papel clave no solo en avanzar en la judicialización de la parapolítica sino en ser un contrapeso de poder de Álvaro Uribe. Este argumento, obviamente, ha calado más entre los senadores más uribistas de la U, excepto Juan Lozano, que seguramente votará por Medellín porque son antiguos colegas galanistas.

Por eso la estrategia de Medellín ha consistido en buena parte en intentar “desvargasllerizarse”. Eso explica el silencio de Vargas Lleras en estas elecciones.

Lo que sí ha tratado de hacer Medellín -según confirmó La Silla- es llamar a algunos funcionarios del Gobierno que le son cercanos porque trabajaron con él en el gobierno de Samper o que son amigos de amigos para pedirles que intervengan a su favor con el argumento que él garantizaría que la Corte siguiera siendo progresista.

Algunos de los que apoyan a Medellín han jugado la carta de que Guerrero es ficha de Uribe. Aunque es cierto que Escobar Gil y Pretelt son uribistas y que algunos de los que más lo apoyan en la U y en el Partido Conservador también lo son, La Silla no pudo confirmar que el ex presidente estuviera en efecto haciendo campaña a su favor.

La estrategia de Guerrero

Mientras tanto, Guerrero maneja su propia estrategia. En su nombre, el ex magistrado de la Corte Constitucional Rodrigo Escobar Gil, con quien trabajó Guerrero como magistrado auxiliar, y el actual magistrado Jorge Pretelt están haciendo lobby con los congresistas costeños, que solo en la U son nueve. Dado el poder que tienen Pretelt y Escobar en la política costeña, su lobby ha sido muy efectivo con todos salvo Armando Benedetti, cuyo voto será para Medellín pues su abogado es socio del candidato.

Guerrero también ha jugado la carta pastusa para tratar de convencer a los siete que son de Nariño como él. De esos, uno está en la U, Manuel Enríquez Rosero. Aunque Parmenio Cuéllar, que también es pastuso, ha tratado de convencer al Polo que acompañen a su coterraneo aún no los ha convencido y es improbable que lo haga.

Una fuente del Senado le contó a La Silla que el subsecretario del Senado, Saúl Cruz, a quien en el Capitolio ven como un proxy del Procurador Ordóñez, también ha tratado de influir a algunos congresistas. Pero La Silla no pudo confirmar esta información.

Los Verdes, por su parte, están divididos y no se han puesto de acuerdo en votar en bancada, en cuyo caso seguramente irían con Medellín: Gilma Jiménez y Félix Valera están con Guerrero y Jhon Sudarsky, Jorge Londoño e Iván Name van con Medellín. Guerrero comió el miércoles con cuatro senadores del PIN y al parecer esos ya están de su lado. Estos partidos más pequeños serán claves si la U vota dividida.

La carta tapada es el Gobierno. Sobre el rol que jugará Santos frente a la U hay versiones encontradas. Varios congresistas dijeron a La Silla que no se ha movido para nada. El ministro del Interior Federico Renjifo ni siquiera estuvo en la audiencia de los candidatos el miércoles. Creen que esta pasividad puede tener que ver con que a Santos tampoco le convendría que Vargas Lleras tuviera alguien tan cercano en la Corte jugando un papel tan trascendental. Por otro lado, tener una corte más conservadora en lo que tiene que ver con sentencias con efectos económicos y en temas como la consulta previa no les molesta. 

Pero dos senadores sí le dijeron a La Silla que ayer el Gobierno comenzó a mandar razones a favor de Medellín, que en la entrevista con Yamid, Santos dejó ver que le gustaría que la Corte siguiera siendo liberal y que el hecho de que Roy Barreras hubiera decidido aplazar la votación para la próxima semana es una señal de quererle ayudar a Medellín. La Silla no pudo confirmar cuál de las dos versiones es la cierta. En todo caso, si le está haciendo lobby a Medellín por ahora es bastante sutil.

En todo caso, a hoy así están los apoyos seguros y la pregunta del millón es quién convence a los indecisos en los próximos días.

Soy abogada como muchos en este país, pero afortunada como pocos me gradué de la Universidad de los Andes e hice una especialización en Gestión Pública ahí mismo. Desde ese momento el mundo de los derechos humanos, el derecho internacional y el constitucional me absorbió, ah y de paso la justicia...