Con la salida de Vicky Dávila del noticiero de RCN, su nueva directora Claudia Gurisatti consolida su poder en el canal. Aunque con ella se va la última antiuribista importante que quedaba adentro, es más probable que la ruptura de la larga relación entre estas dos periodistas tenga más de ego que de política.

Con la salida de Vicky Dávila del noticiero de RCN, su nueva directora Claudia Gurisatti consolida su poder en el canal. Aunque con ella se va la última antiuribista importante que quedaba adentro, es probable que la ruptura de la larga relación entre estas dos periodistas tenga más de ego que de política.

El martes después de puente por la noche, cuando Vicky volvió al noticiero después de de dos semanas de vacaciones, encontró desde media hora antes del noticiero sentada en el set a la presentadora Silvia Corzo, que la había reemplazado esos días.

Cuando los periodistas de la redacción la vieron llegar, comenzó un cuchicheo por todas partes porque hasta ese momento habían pensando que la presencia de Corzo era temporal. Algunos, incluso, creyeron que Silvia se había equivocado al ir ese día también. Pero cuando miraron la planilla ahí estaba que ella presentaría.

Faltando cinco minutos para salir al aire, la productora del noticiero avisó que Vicky, Silvia y Juan Eduardo Jaramillo presentarían ese día. Era una decisión atípica porque solo había dos telepronters, con lo cual tuvieron que improvisar un tercero.

Cuando terminó la emisión, vieron a Vicky salir echando humo hacia la oficina de Gurisatti. “Hubo pataleta”, dijo uno de los periodista a La Silla.

La semana siguiente, presentaron los tres toda la semana, y este martes, Dávila presentó su renuncia y con un emotivo adiós se despidió de los televidentes.

 “Quizás nos volvamos a encontrar en la televisión en Colombia, ojalá sea pronto. Por ahora los espero en la FM de RCN donde estaremos haciendo radio, allí estaré haciendo el periodismo que me han permitido hacer en esta casa periodística durante todos estos años, estaré haciendo lo de siempre, lo que me toca y lo que creo tengo que hacer”, dijo tras agradecer a la organización Ardila Lulle, dueña del canal.

Al terminar sus 18 años en el noticiero, Vicky fue aplaudida por muchos de sus compañeros que fueron a despedirla y a tomarse selfies con ella. La única que no bajó fue Claudia Gurisatti.

Fue un gesto que no pasó desapercibido por la redacción, porque Gurisatti y Dávila no solo habían sido colegas prácticamente durante dos décadas sino que han llevado vidas paralelas.

Ambas nacieron en 1973 y crecieron en Buga. Gurisatti se forjó como periodista de televisión en el noticiero CM& y Vicky en QAP, pero la carrera de ambas al estrellato fue en RCN.

En el 2008, cuando Claudia se convirtió en directora del nuevo canal de televisión internacional de RCN NTN 24, Vicky la reemplazó en la dirección de la FM. Ya lo había hecho también en la conducción de La Noche, cuando Gurisatti tuvo que salir del país en 2001 porque las Farc la querían matar.

Durante el gobierno de Uribe, ambas fueron abiertamente uribistas. Claudia siguió siéndolo y cada vez más. Vicky, en cambio, tomó distancia del ex presidente casi al tiempo de que lo hiciera el presidente Santos. Y esta brecha política comenzó a pesar en la relación.

El regreso de Claudia

Como lo contó La Silla en enero cuando tras la salida de Rodrigo Pardo RCN nombró a Claudia Gurisatti en su reemplazo, su llegada provocó gran nerviosismo en la redacción porque había incertidumbre de si llegaría a aplicar los mismos criterios de cubrimiento adoptados por NTN24.

El rumor era que allí Gurisatti había dado la instrucción de no entrevistar a personajes de izquierda como la exsenadora Piedad Córdoba o el senador Iván Cepeda y referirse siempre a la guerrilla como “la organización terrorista de las Farc”. Claudia Gurisatti negó a La Silla haber dado una instrucción en ese sentido.

Hasta hace dos semanas, Gurisatti venía manejando el canal a control remoto desde Panamá y durante este tiempo, tres periodistas del canal con los que habló La Silla y un editor dicen que no han recibido ninguna orientación ideológica como las de NTN24, aunque ahora las voces de los uribistas sí tienen más cabida que antes.

“Claudia dice, consultemos reacciones….llama a Paloma (senadora uribista), a José Obdulio (senador uribista”, dice uno de los reporteros. Pero también resalta que han salido historias, incluso series, en donde los que hablan son de izquierda como la reciente investigación sobre el Catatumbo.

Una periodista contó a La Silla que quizás la única diferencia en ese sentido es que a una intervención de Santos, casi siempre le sigue una de Uribe.

Lo que sí cambió desde el principio fue el ritmo que traía el noticiero. Ahora hay varias cortinillas y los periodistas están obligados a anunciar que tienen primicias (aún cuando no lo son, como cuando anunciaron que la Corte falló que los jóvenes pueden ir de pelo morado a la escuela) e informaciones de último minuto.

“Es un ritmo super acelerado, la gente está agotada”, dijo uno de los periodistas consultados.

Desde la llegada de Gurisatti, también han salido cuatro personajes claves del Noticiero que tenían en común no solo su antiuribismo sino el no ser queridos por los uribistas, lo que ha sido interpretado por algunos como el comienzo de la “purga ideológica”.

Claudia, quien quiso hablar con La Silla solo después de publicada esta historia porque inicialmente habían dicho que no estaba autorizada para hablar, dice que ella se enteró por este artículo cuál era la orientación ideológica de los periodistas. Y que todas sus decisiones han estado guiadas por lo que ella cree que es lo que necesita el noticiero para ser mejor.

Los que salieron y sus reemplazos

Salió el jefe de emisión del noticiero del mediodía Camilo Chaparro, que es tan antiuribista que ahora asesora al fiscal Montealegre y al vicepresidente Vargas Lleras; el encargado de los temas judiciales Juan Carlos Giraldo, a quien Uribe acusó de ser “vocero de las mafias” cuando estalló el escándalo del hacker, que se iba a reunir precisamente con Giraldo; Jairo Gómez, que llevaba tres años cubriendo el proceso de paz en la Habana; y ahora Vicky Dávila, que en la FM era abiertamente crítica del ex presidente.

Tanto Vicky como Chaparro fueron denunciados penalmente por injuria por el senador uribista José Obdulio Gaviria en el 2010 por revelar su supuesta participación en las chuzadas del DAS.

“[La salida de ellos] es una coincidencia muy harta pero que nada tiene que ver con el uribismo”, dijo a La Silla uno de los directivos del Canal, que habló off the record porque no tiene la vocería del medio.

Según esta fuente, cuya información fue corroborada a La Silla por uno de los reporteros, Chaparro salió porque tenía un desgaste en el Canal por la forma en que maltrataba a los periodistas.

Fue reemplazado por Andrés Gil, un periodista paisa que cubrió durante ocho años a Uribe.  Los otros jefes de emisión son Gustavo Nieto, a quien ven en la redacción como “uribista por conveniencia”, y Carlos Arturo Páez (“uribista por convicción”).

Giraldo renunció alegando que iba a montar su propia compañía porque quería evolucionar. En su caso, sin embargo, sí hubo un choque abierto con Gurisatti, que parecería tener un trasfondo ideológico.

Renunció después de que Claudia le gritara por una nota sobre la Policía, de la cual el general Palomino, comandante de la Policía, se había quejado. 

Gurisatti dice que ese incidente es parte de la relación normal entre periodista y director del noticiero y que ella solo le pidió que se devolviera al canal para tener las pruebas suficientes para no tener que hacer la rectificación que pedía Palomino.

No era la primera vez que la directora gritaba a alguien, pero a Giraldo también le llevaba colgando sus notas desde hacía tiempo. “Estabamos de paseo”, confirmó un reportero judicial. Y la relación de Claudia con él se había vuelto muy tensa.

“A Giraldo le revisaba los videos, le revisaba la entrevista completa con todos los planos porque creía que estaban fletadas por el fiscal”, dijo una de las entrevistadas. 

“Como los uribistas creen que existe una persecución del Fiscal, ella también está convencida de eso y por eso le comenzó a bloquear las notas”, agregó otro periodista.

“La salida de Giraldo no tuvo nada que ver con ser uribista o no uribista. Él se fue porque dijo que quería ascender y nosotros le propusimos tener un programa propio y no quiso”, dice Gurisatti. “Después nos enteramos que se había ido a hacer lo mismo en Caracol”. Gurisatti dice que verificar las fuentes de una historia es parte normal de lo que hace un director para evitar que las fuentes metan sus goles.

Jairo Gómez renunció porque también le colgaban varias notas y porque de un día para otro lo dejaron de mandar a La Habana.

Gurisatti quería que, en su reemplazo, fuera la que cubría los temas de Cuba en la sección internacional. Gómez, que tenía muy buenas fuentes en la guerrilla y llevaba años cubriendo esos temas, entendió el mensaje y optó por irse.

En la dirección le dijeron a La Silla que a Gómez “le faltaba iniciativa”, pero en la redacción, según los periodistas consultados, creen que influyó que el veterano reportero fuera totalmente a favor del proceso de paz mientras que Claudia está llena de dudas al respecto.

Claudia dice que su reclamo público a Gómez fue por no haber estado el día en que habló Piedad Córdoba por la muerte de los soldados y por no haberse enterado que comenzaría el desminado en El Orejón. “Yo necesito que no se dejen chiviar”, dice Gurisatti.

El caso de Vicky es más complejo.

Según dijo la fuente de la dirección a La Silla, la decisión de incluir tres presentadores en el set obedeció a estudios internos que hace el Canal cada cuatro o seis meses para medir la aceptación e identificación con los presentadores. En el último, salió que había necesidad de “caras nuevas”, además de “nuevos colores y formas de presentación”.

“Es que en esta competencia hay que reinventarse todos los días”, dijo el directivo.

La Silla confirmó con otra fuente que en el caso de Vicky, esos estudios mostraban desde hace más de un año que si bien tenía una fanaticada, una tercera parte de la gente no la quería.

“A nivel de los presentadores, cinco por ciento de rechazo es lo tolerable. Vicky dividía a la audiencia”, dijo un experto en estos temas.

Este nivel de rechazo posiblemente obedecía a que, a diferencia de los demás presentadores cuya función es ser la cara de la noticia todas las noches, Vicky también estaba en el terreno de la opinión todas las mañanas como directora del programa de radio de la FM. En un ambiente polarizado como el colombiano, tener opiniones significa tener gente en contra y a favor.

Algunas de las personas consultadas por La Silla creen que fueron precisamente esas opiniones de la mañana las que comenzaron a crear una disonancia con su función de presentadora por la noche del noticiero.

“Si Claudia quiere una redacción con una línea uribista, tener a Vicky por la mañana diciendo todo lo contrario es muy complicado”, dice un observador externo del Canal.

En la redacción, las fuentes consultadas creen que en realidad lo del “santismo” de Vicky no fue el factor determinante. Primero, porque creen que, a diferencia de Claudia, las convicciones ideológicas de Dávila son más bien coyunturales y que en el noticiero ella se adaptaba a los lineamientos que le daban.

Creen que, más bien, pesó un tema de egos entre las dos.

Primero, porque cuando salió Rodrigo Pardo y aunque Vicky ya venía perdiendo poder pues le habían quitado “La Cosa Política”, un sector de la redacción que la aprecia por su labor como periodista quería que Vicky fuera la directora y esta posibilidad sonó en los medios. Cuando llegó Claudia, “Vicky, Chaparro y Giraldo eran una rosquita que tendía a generar división en la redacción”, dijo alguien que lo vivió.

Segundo, porque en realidad el Canal atraviesa por una crisis de rating. Durante todo el año, Caracol les ha sacado ventaja y ninguno de los cambios que ha hecho la Gurisatti hasta ahora han logrado superarla, aunque sí se ha acortado la distancia.

El experimento de los tres presentadores puede ser una nueva apuesta en esa dirección de darle una nueva cara al Canal, pero para Vicky implicaba perder el protagonismo que ha tenido durante todos estos años.

Gurisatti explicó a La Silla que ella lo que buscaba con los cambios era generar los equilibrios entre caras que llevaban 17 años y caras nuevas.

Aunque algunos creen que esa idea de tener tres presentadores no hace sino aumentar el poder de Claudia, a quien le gusta controlar hasta el último detalle, y que por la forma tan poco amable en la que se lo comunicó a Vicky quedó claro que en realidad era una excusa para aburrirla y provocar su renuncia.

A eso se suma que desde que había llegado la nueva directora, no habían vuelto a enviar a Vicky a hacer los grandes cubrimientos ni la habían dejado brillar como antes.

Los Ardila

En reemplazo de Vicky, ahora estará Margarita Ortega en el set con Jaramillo y Corzo.  Ortega se estará dobleteando en el prime time con el Noticiero y con la novela Las Santísimas, donde actúa. Vicky seguirá conduciendo la FM, de los mismos dueños.

Más allá de las razones que hayan provocado la renuncia de Vicky Dávila, sin su presencia en la redacción Claudia Gurisatti tendrá mayor margen de maniobra para hacer el noticiero que quiere, en un contexto político y económico que representa grandes desafíos para los Ardile Lulle.

El conglomerado económico de los Ardila enfrenta una investigación en la Superintendencia de Industria y Comercio por posible manipulación de precios del azúcar por parte de los grandes ingenios; la posibilidad de un impuesto a las bebidas azucaradas promovida por el Ministro de Salud, Alejandro Gaviria; la amenaza de un Tercer Canal que les competiría de frente; y una reforma tributaria estructural contra la que Carlos Julio Ardila ya despotrica en privado.

“Claudia es una forma de mostrarle los dientes al gobierno y negociar”, dijo una fuente a La Silla que conoce el conglomerado por dentro.

El directivo de RCN, en cambio, dice que esa interpretación conspirativa es una locura.  “Hace más de cuatro años llevabamos insistiéndole a Claudia de que se viniera a dirigir el noticiero. Nuestros directores tienen total independencia informativa”.

Gurisatti y en su momento, Rodrigo Pardo, confirmaron que los Ardila nunca los habían llamado a dar instrucciones.

En todo caso, como dijo un analista político a La Silla, con Gurisatti en el Canal y Vicky en la FM, “los Ardila terminarán jugando con el santismo y el uribismo al mismo tiempo”.

Nota de la editora: después de publicada esta historia, Claudia Gurisatti quiso hablar con La Silla y su punto de vista fue incorporado en la historia. Ayer, su asistente había dicho a La Silla que no estaba autorizada para hablar.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...