Las seis cosas que revela el paro armado del Catatumbo

En la semana que completa el paro decretado por el EPL en medio de la guerra con el ELN, ha quedado claro que al Estado le ha quedado grande copar esa región de Norte, entre otras cosas.

 

Hace una semana arrancó el paro armado que decretó el EPL en el Catatumbo en medio de la guerra que sostiene hace poco más de un mes con el ELN por el control territorial y el dominio de rutas del narcotráfico en la frontera.

Hasta ahora el balance de la confrontación va en cuatro civiles muertos, más de 2 mil desplazados, municipios (Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Teorama, Tibú, Ábrego, Ocaña y Sardinata) sitiados, sin clases, sin servicios de salud en varios casos, y con problemas de abastecimiento de alimentos.

Ayer hubo marchas pidiendo la paz en San Calixto y Tibú, hoy en el Tarra habrá una nueva concentración, y mañana, por orden del Presidente Juan Manuel Santos, parte del gabinete llegará a la zona.

Mientras eso sucede, esto es lo que ha revelado la nueva guerra del Catatumbo.

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Nuevamente el Gobierno menospreció al Catatumbo

Aunque desde el domingo pasado -cuando arrancó el paro armado-, medios de todo el país no han parado de reportar que el Catatumbo está sitiado y en medio de una crisis humanitaria, el Gobierno no solo se demoró en reaccionar y sino que al inicio intentó minimizar lo que estaba sucediendo. 

A mitad de semana, cuando se conocía que varios municipios empezaban a desabastecerse y que iba en aumento el número de desplazamientos de campesinos que están huyendo de los enfrentamientos, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, dio un parte de tranquilidad en la zona. 

El alto funcionario de Santos no solo dijo que la zona se estaba moviendo con relativa calma, sino que cuestionó la decisión del Gobernador William Villamizar, de suspender las clases en los colegios y declarar emergencia humanitaria.

Además, el comandante del Ejército, General Ricardo Gómez Nieto, dijo que tras visitar la zona no había evidenciado la guerra de la que se hablaba en la región.

Las declaraciones generaron indignación. 

No solo porque los combates de los dos grupos ya suman al menos cuatro civiles muertos (dos en San Calixto y dos en Teorama), sino porque las acciones terroristas (esta semana quemaron una camioneta y motos y circularon nuevos panfletos), tienen tan amedrentadas a las poblaciones que según las cuatro fuentes que están en terreno con las que habló La Silla tienen los municipios paralizados..  

Según los reportes que le dieron a La Silla dos personeros de la zona en Teorama, San Calixto y Hacarí hay más de 2 mil personas concentradas en refugios humanitarios. Además está el desplazamiento gota a gota, que no está completamente contabilizado. 

Eso sin contar, que en toda la zona las asociaciones campesinas, la comunidad indígena Barí y organizaciones defensoras de los derechos humanos – incluida la Defensoría del Pueblo- no han parado de enviar alertas.

Por eso fue que el Gobernador Villamizar invitó al Gobierno a visitar el Catatumbo tras las declaraciones del Ministro. 

Desde ese día Villegas no se ha vuelto a pronunciar sobre la situación; y el Presidente Santos se demoró dos días más en referirse directamente al Catatumbo. 

Mientras que el viernes a través del ministro del Interior Guillermo Rivera se conoció que había dado la orden de “retomar el control en la zona”, ayer Santos dijo en una alocución desde el Cesar que ordenaría el traslado del Vicepresidente Óscar Naranjo y del Ministro Rivera para “encontrarle solución” a la crisis. 

Esta no es la primeva vez que lo que sucede en el Catatumbo queda en segundo plano para el Gobierno de Santos. 

Esa región de Norte de Santander fue el epicentro del “tal paro no existe” que movilizó a campesinos por casi dos meses y amenazó con desabastecer a varios departamentos del país. También el Catatumbo fue ignorado por Santos cuando el año pasado hubo un nuevo intento de paro agrario.

Incluso la guerra que tiene en medio de esa crisis a la región también había sido advertida y venía cocinándose, como contó La Silla, desde el pasado 14 de marzo. Ese mismo mes los habitantes de la zona lanzaron una alerta y empezaron a buscar la atención del Gobierno con el #SOSCatatumbo

 
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Al Estado le ha quedado grande el Catatumbo

El Catatumbo es la segunda zona del país, detrás de la región Pacífico, donde la llegada de la paz se ha quedado en anuncios. 

Además de que la siembra de coca ha crecido exponencialmente en los últimos años y con 25 mil hectáreas es la segunda región del país con más cultivos ilícitos, sigue bajo el control de guerrillas porque el Estado no fue capaz de copar los espacios que dejaron libres las Farc tras su desmovilización. 

Como ha contado La Silla, tanto el ELN como el EPL iniciaron un proceso de expansión una vez la entonces guerrilla de Timochenko se empezó a replegar en la etapa final de los diálogos de La Habana y desde entonces ambos grupos no solo han ido creciendo sino fortaleciéndose. 

Precisamente, la capacidad de ir aumentando su dominio territorial especialmente en zona de frontera, donde el EPL violó acuerdos con el ELN, es la génesis de la guerra que hoy tiene al Catatumbo en medio del terror.

Y es que aunque desde inicios de 2017 ocho fuerzas especiales urbanas fueron desplegadas en las cabeceras municipales de la zona; llegó un batallón de plan energético y vial para cuidar el tubo del oleoducto de Caño Limón; y desplegaron dos batallones más de combate terrestre en la región; y esta semana anunciaron una nueva operación y monitoreos constantes para poder contener la situación, en la práctica el Ejército no ha logrado copar territorios. 

Parte de la complejidad de combatir tanto al ELN como al EPL está en que sus hombres en su mayoría son naturales de esa región porque fueron reclutados allí y son parientes o amigos de los habitantes de la zona, por lo que las redes de informantes no funcionan igual que en otras regiones. 

Además, dado que buena parte del tiempo los guerrilleros de los dos bandos pasan vestidos de civil es muy difícil su identificación; y como están en zona fronteriza cuando los persiguen se trasladan al lado de Venezuela y dejan al Ejército sin capacidad de actuar.

Ese déficit en la estrategia para atacar a las dos guerrillas, que tampoco ha podido contener la creación de la disidencia del Frente 33 de las Farc (agrupación que ya ha sido vista en la región), se suma a otro problema de fondo: la falta de inversión en el Catatumbo. 

En esa región, según un comunicado la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, Anzorc, sólo el 6 por ciento de las vías están pavimentadas y la penetración del internet es del 4 por ciento, solo el 27 por ciento tiene agua potable, el analfabetismo llega al 30 por ciento y siete de cada diez son pobres.

En Caño Indio, que es el piloto de la sustitución en el Catatumbo, la estrategia está a punto de fracasar, y los campesinos de cuatro veredas aún están esperando que arranquen los proyectos productivos que les prometieron.

Por eso, los comunicados de los Alcaldes de la región y las organizaciones campesinas, así como la misma Gobernación de Norte de Santander, incluyen peticiones de inversión en salud, educación y vías.

En el lado de los campesinos, las peticiones son más una reiteración, debido a que varias organizaciones tienen acuerdos firmados con varios Ministerios para el desarrollo del Catatumbo desde hace años, pero la mayoría se ha quedado en el papel. 

 
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El EPL ratifica que es el enano que se creció

En febrero de 2017 contamos que el EPL había pasado de ser un reducto debilitado del Frente Libardo Mora Toro, que fue el que no se desmovilizó en los 90, a una fuerza armada con mucho poder en el Catatumbo. 

En los últimos tres años esa guerrilla no solo ha ido aumentando su dominio territorial, sino que al tiempo ha ido creciendo exponencialmente su pie de fuerza en el departamento.

Aunque inicialmente los reportes sobre el EPL decían que era un pequeño grupo con 50 hombres, hoy, según la información que ha recopilado inteligencia del Ejército y que también manejan organizaciones que le hacen seguimiento al conflicto en la zona, el número supera los 400 hombres armados.

Además, el EPL es conocido en el Catatumbo como la guerrilla con más recursos, debido a los contactos que dejó alias Megateo, su exjefe abatido en combate a finales de 2015, con varios carteles del narcotráfico y que fueron retomados por sus sucesores en las líneas de mando. 

La última muestra de su crecida está en el norte del Cauca, donde desde octubre del año pasado empezaron a aparecer sus siglas marcadas en señales de tránsito y viviendas, y desde donde este año empezaron a circular videos de guerrilleros con el brazalete de esa guerrilla. Los espacios que están copando son los que dejaron libres las Farc.

El EPL tiene una particularidad y es que el Estado lo reconoce como una banda criminal y no como una guerrilla, cuando en el Catatumbo tanto organizaciones campesinas como sociales han pedido que les concedan ese estatus para negociar con ellos una salida al conflicto. 

Las razones para solicitarlo van desde que el EPL tiene base social – el Movimiento Constituyente Popular, MCP, recoge sus mismas banderas políticas-, hasta que por su características cumple con los estándares para ser considerada como guerrilla dentro de los cánones del Derecho Internacional Humanitario.  

Sin embargo, el Gobierno ha dicho que no le dará ese estatus al EPL, que ha dicho que tiene intenciones de sentarse en una mesa con el Gobierno, y de hecho esta semana el vicepresidente Óscar Naranjo volvió a repetir que ‘los Pelusos’, como los bautizaron las fuerzas armadas, son consideradas una banda criminal.. 

Con este paro, ahora el EPL le muestra al Gobierno lo que puede hacer y que es mucho más grande que el reducto que solo estaba en unos municipios de Norte de Santander. 

 
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La desincronización del ELN

Desde que arrancó el paro armado entre el ELN y el EPL, los reportes que se han conocido del lado de la primera guerrilla es que está fortaleciéndose trayendo tropas desde el Sur de Bolívar y Arauca. 

Según los comunicados que han conocido desde mediados de marzo, que fue cuando inició formalmente el enfrentamiento entre los dos grupos, el ELN no tiene intenciones de desistir y su objetivo es someter al EPL. 

Incluso, eso también quedó en avidencia los primeros días de abril cuando el EPL pidió dialogar con esa guerrilla para frenar los enfrentamientos, pero esta última se negó; y está vigente, partiendo de que hay denuncias de que el ELN estaría sembrando minas en inmediaciones de los refugios humanitarios.

En contrapartida, el viernes el gestor de paz del ELN, Eduardo Martínez, dijo que habrá una declaración política solicitando el desescalamiento del conflicto y que exigirá a su grupo que diga que tiene intención de dialogar.

Además, según los anuncios que se han hecho hasta ahora, lo que se ha concluído en las reuniones que se han sostenido estos días es que se delegará una comisión que viaje a Quito para hablar con Pablo Beltrán, jefe negociador de paz del ELN, y que tirando línea él intente bajarle la intensidad al conflicto. 

Sin embargo, y debido a que esa guerrilla tiene una línea de mando horizontal, y a que en la práctica funciona como una federación, no es tan claro que el frente que opera en el Catatumbo vaya a acatar lo que le pidan desde Quito. 

Algo que nuevamente deja sobre la mesa, otra arista de lo complejo que es negociar la paz con esa guerrilla. 

 
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El Catatumbo está fuera del radar de los presidenciales

 

Tras una semana del paro armado en el Catatumbo, los candidatos presidenciales han dicho poco o nada sobre la crisis. 

En sus redes sociales, el único que ha posteado algo en relación con esa región ha sido el aspirante del Centro Democrático, Iván Duque, quien aprovechó la crisis para mover su campaña. 

Fajardo por su parte, el viernes en un foro de candidatos organizado por la Universidad Autónoma de Bucaramanga,Unab, cuando le preguntaron por la situación del Catatumbo dijo que la región estaba marginada de la agenda estatal y que no solo requería presencia militar sino también de toda la institucionalidad. 

Y aunque ayer su candidata vicepresidencial, Claudia López, estuvo en Cúcuta en el Consejo Departamental de Paz que evaluó la situación del Catatumbo, lo hizo en su calidad de senadora. 

Los restantes no se ha referido al Catatumbo en sus redes sociales, que es donde normalmente suelen hacer esos pronunciamientos. 

En contraste varios usuarios en Twitter han cuestionado el silencio de los candidatos. 

 
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Los movimientos sociales sí pueden trabajar unidos

La crisis por la que está atravesando el Catatumbo, logró como pocas veces sucede, que las organizaciones campesinas más grandes de la región y el pueblo indígena Barí se unieran para clamar por la atención a la región.

El Movimiento por la Constituyente Popular, MCP; el Comité de Integración Social del Catatumbo, Cisca; la Asociación de Campesinos del Catatumbo, Ascamcat; la Asociación de Juntas de Acción Comunal, Asojuntas; la Iglesia Católica, la Onu, la Defensoría del Pueblo regional de Ocaña y la Asociación de Personeros del Catatumbo, se han reunido varias veces desde que inició el enfrentamiento para visibilizar lo que está ocurriendo. 

Incluso, el 12 y 13 de abril fueron como delegación a Bogotá para confrontar al Gobierno porque hasta entonces no se había pronunciado y sentó en una mesa a la Defensoría del Pueblo Nacional, la Unidad Nacional de Protección, la Procuraduría Nacional, los senadores del Polo Iván Cepeda y Alberto Castilla y el expresidente Ernesto Samper en la que lograron comprometer a esas entidades y políticos a convocar más fuerzas para que le pusieran atención a la situación de la región. 

Ayer, apoyaron marchas en San Calixto, en las Mercedes (corregimiento de Sardinata) y Tibú, y hoy son los líderes de un evento en el Tarra, en el que esperan sumar a gente de todos los municipios, para rechazar los enfrentamientos, dar un balance de la ola de violencia y tomar decisiones como comunidad para afrontar la crisis humanitaria. 

Lo particular de esa unión de fuerzas es que, como ha contado La Silla, entre esos movimientos no solo ha habido diferencias históricas sino que cada uno trabaja solo por sus sus afiliados.

Eso no solo muestra, la complejidad de lo que se está viviendo en la región a raíz de las confrontaciones, sino también el temor porque este sea el inicio de una nueva ola de terror.

 

Soy periodista de la Unidad Investigativa de La Silla Vacía desde 2023. Antes cubría política menuda en los santanderes y conflicto armado en la frontera colombovenezolana. En 2015 gané el premio de periodismo regional Luis Enrique Figueroa Rey. En 2017 codirigí el documental Espejos de Vida, selección...

Soy coordinadora de la Unidad Investigativa. Comunicadora Social y Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga. Antes fui editora de La Silla Santandereana, donde cubrí poder en los dos santanderes y Arauca. Previo a La Silla, fue periodista de política y de la Unidad Investigativa...