Esta tarde Galán anunciará su candidatura a la Alcaldía de Bogotá

Después de varios meses de especulación, el Concejal de Bogotá Carlos Fernando Galán anunciará en una rueda de prensa esta tarde que se lanza como candidato de Cambio Radical a la Alcaldía de Bogotá. Aunque muchos lo ven como un ‘sparring’ para fortalecer al candidato liberal David Luna, Galán tiene con qué dar la pelea.

Para comenzar, es hijo de Luis Carlos Galán y su apellido todavía tiene poder político; es el candidato del Ministro del Interior, Germán Vargas Lleras; y puede reclamar haber tenido un sólido desempeño en el Concejo y haber sido uno de los primeros en denunciar el ‘Cartel de la Contratación’ en Bogotá cuando los Nule todavía no eran noticia. Pero tiene en su contra que ya de entrada ha sido graduado de ‘chiquito’ junto con Luna.

Carlos Fernando Galán nació en 1977 en Bogotá y es el menor de los tres hijos del fundador del Nuevo Liberalismo asesinado en 1989 por Pablo Escobar. Viene de una familia tanto de políticos como de periodistas, las dos cosas que Carlos Fernando ha sido hasta ahora.

La política le viene por el lado paterno: fuera de su papá que fue desde concejal hasta candidato presidencial, su abuelo Mario Galán fue un importante dirigente liberal santandereano. Y el periodismo, por el lado de materno: su mamá, Gloria Pachón, trabajó en el Tiempo y fue directora del Noticiero de Mediodía y su abuelo Álvaro Pachón de la Torre fue columnista de El Espectador.

Desde pequeño, Galán estuvo expuesto a ambos mundos. Aunque Luis Carlos Galán fue asesinado cuando Carlos Fernando tenía solo 12 años, lo alcanzó a acompañar en actos de campaña y recorrió el país dos veces junto a él en giras nacionales cuando era niño.

Después del asesinato de Galán, sus hijos se mantuvieron cerca a varias personas que hicieron parte del Nuevo Liberalismo, en particular a César Gaviria, que con las banderas de Galán llegó a la Presidencia, y a Germán Vargas Lleras. Ambos les ayudaron en sus carreras políticas más adelante.

Juan Manuel, el hijo mayor de Galán, se comenzó a posicionar como el heredero del caudal político de su padre desde su adolescencia y ocupa una curul en el Senado desde 2006. Carlos Fernando, en cambio, inicialmente se mantuvo al margen de la carrera política -aunque no de la vida pública- y se concentró en sus estudios y en su labor periodística.

Hizo su carrera universitaria en Estados Unidos. Estudió Servicio Exterior en la Universidad de Georgetown y Economía en la Universidad de Columbia, donde también es candidato a una Maestría en Asuntos Internacionales. Y, mientras estaba estudiando en Washington, entre 2000 y 2001, comenzó a trabajar como corresponsal de la Revista Semana.

Luego tuvo el primer cargo que lo terminó acercando a la vida política. Trabajó en la OEA como asesor de César Gaviria cuando era Secretario General entre 2001 y 2003. En ese cargo se acercó aún más al ex Presidente y comenzó a ganar experiencia en manejo de crisis. Se especializó en temas relacionados con la Carta Democrática y el proceso de facilitación democrática en Venezuela, luego del golpe de estado de 2002. También fue Observador Electoral en las elecciones presidenciales de Nicaragua de 2001 que terminó ganando Enrique Bolaños.

Cuando volvió de Estados Unidos, continuó con su carrera periodística. Se convirtió en redactor de la sección “País” de la Revista Cambio entre 2003 y 2004, donde comenzó a investigar la política colombiana.

Después fue durante dos años más el editor político de El Tiempo y allí ganó el Premio Nacional de Periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá a “mejor trabajo en prensa” por una serie de artículos de 2007 sobre la parapolítica.

Pero la política lo alcanzó. A principios de 2007, Germán Vargas Lleras le propuso que fuera candidato de Cambio Radical al Concejo de Bogotá. Esto significaba alejarse del Partido Liberal, el partido en el que siempre militó su padre y por el que su hermano Juan Manuel fue elegido Senador en 2006, pero Carlos Fernando aceptó la propuesta y se convirtió en el segundo hijo de Luis Carlos Galán en llegar a un cargo de elección popular.
 

El concejal y el candidato

 

Desde que llegó al Concejo, y aprovechando sus contactos con los medios de donde venía, Galán se posicionó como uno de los principales detractores del Alcalde Samuel Moreno.

Fue uno de los principales críticos del manejo que la Alcaldía le dio al problema de movilidad interna de Bogotá. Su énfasis en el transporte dentro de la ciudad lo puso en la orilla opuesta de su otro hermano, Claudio, que desde la gobernación de Cundinamarca promovía la creación de un Tren de Cercanías que conectara a Bogotá con la región circundante.

En el Concejo, junto con otros concejales como Antonio Sanguino, Carlos Vicente de Roux y a veces Ángela Benedetti, se convirtió en uno de los principales promotores de debates de control político y, desde 2009, comenzó a denunciar irregularidades en la contratación pública. En 2010, denunció las irregularidades en los negocios de los empresarios Julio Gómez y Emilio Tapia, que terminó siendo un detonante clave del escándalo del “Cartel de la Contratación”.

Sin embargo, cuando reventó el escándalo en los medios y las instancias judiciales asumieron el caso, Galán perdió protagonismo dejando la sensación de que hubiera matado el tigre y se hubiera asustado con el cuero. A la postre, quienes terminaron cobrando el rédito político de estas denuncias fueron Gustavo Petro y Carlos Vicente de Roux, que conformaron junto con el senador Luis Carlos Avellaneda, también del Polo, una comisión para investigar este escándalo.

Aunque Galán no logró mantener su visibilidad en la opinión pública, en Cambio Radical se puso en la primera fila y, por eso, desde el año pasado, se pensaba que él podría ser el candidato oficial del partido. Pero, hasta ahora, no parecía convencido de querer lanzarse.

Galán terminó aceptando la candidatura, según algunos allegados, por su disciplina de partido. Ante la ausencia de un candidato fuerte, y que varios miembros de su partido lo estaban impulsando para que se postulara a la Alcaldía, tomó la decisión de representar a Cambio Radical en las elecciones.

La expectativa ahora es si llegará hasta el final de la contienda o se irá a una consulta interpartidista con el Partido Liberal, como esperan los rojos. Cambio Radical y los liberales ya están forjando alianzas en todo el país y la decisión de Galán de competir directamente contra David Luna hasta el final amenazaría la reunificación roja.

La candidatura de Carlos Fernando implica de entrada una división de votos con Luna pues comparten varias de sus virtudes y desventajas: ambos conocen bien la ciudad, son juiciosos, tienen una mínima imagen negativa pues no están asociados a ningún lío de corrupción. Pero ambos tienen poca experiencia en gestión, tienen bajos niveles de reconocimiento en las encuestas, y con la maquinaria de ambos partidos dividida difícilmente podría llegar alguno de los dos al Palacio Liévano.

Su única esperanza -por lo menos en el arranque, ya que las cosas pueden cambiar en el camino- es convertirse en el candidato de la Unidad Nacional para enfrentar así a Enrique Peñalosa o al candidato del Polo con el apoyo del gobierno detrás.

Hasta el momento, ningún partido ha informado al Consejo Nacional Electoral que quieran hacer una consulta interpartidista, aunque todavía tienen un mes para hacerlo. Y, en general, los partidos son poco amigos de ella por el efecto negativo simbólico que podría implicar una baja votación en este tipo de consulta que sería nueva para los bogotanos. Lo más probable, entonces, es que la misma dinámica de la campaña vaya decantando las candidaturas y, al final, quedará solo Luna o Galán o ninguno. Habrá bastante presión para que adhieran a Peñalosa para enfrentar al Polo, si este partido logra tener una figura lo suficientemente fuerte para mover la maquinaria de la Alcaldía.

Además, Luna y Galán no solo se dividirán votos de opinión rojos sino también el caudal galanista. Juan Manuel, el hermano de Carlos Fernando, desde el año pasado le está haciendo campaña a su copartidario David Luna, así que parte de los seguidores fieles a la memoria de Luis Carlos Galán enfrentarán el dilema de seguir el ejemplo del primogénito y votar por Luna o de irse con el que tiene la marca registrada.

En todo caso, Galán tiene 34 años y todavía puede pelear muchos rounds antes de dar un puño de knock-out. Estas elecciones serán en todo caso un buen fogueo para él.

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Carlos Fernando Galán

Soy la directora de la Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en Periodismo de la Universidad de Columbia. Después de trabajar en The Wall Street Journal Americas en Nueva York regresé a Colombia a El Tiempo, donde trabajé como editora de la Unidad de...