Juan Manuel Santos, ya elegido, volvió a ser Juan Manuel Santos.

Juan Manuel Santos lleva una semana de presidente electo y ya ha dado varias señales de que no será Uribe III.

En cinco días se reunió con quienes el Presidente Uribe ha maltratado en los últimos ocho años: lo hizo con las Cortes para manifestarles su respeto; lo hizo con Gustavo Petro para discutir con el ex candidato del Polo sus ideas sobre el manejo del agua, de las tierras y de la reparación a las víctimas; lo hizo con Rafael Pardo, para discutir la adhesión del Partido Liberal a la coalición de gobierno.

También nombró a los primeros miembros de su gabinete y a su comisión de empalme: ningún uribista. Nombró, incluso, a María Ángela Holguín como canciller, quien renunció a la embajada ante la ONU en protesta porque Uribe le estaba llenando la embajada de familiares parásitos de políticos amigos de la reelección.

Pero, por si aún quedaban dudas, el jueves, en una entrevista con Darío Fernando Patiño en El Radar, dijo que su gobierno sería de tercera vía.

“En la estrategia electoral y en la lucha por el poder hay una regla de oro: el que conquiste el centro, gana,” escribió Santos en su columna de El Tiempo en 1999.  Y ocupar el centro es lo que hizo esta semana. En cinco días, se definió. El será un presidente de centro, no un seguidor al pie de la letra de las políticas de derecha de quien lo ayudó a elegir.

“La declaración de que su gobierno será de Tercera Vía es la más importante de Juan Manuel Santos desde que inició campaña”, dijo el analista Alvaro Forero, en la Movida de la semana. “Quiere decir que la Unidad Nacional tiene contenido”.

La Tercera Vía se inspira en las teorías del sociólogo británico Anthony Giddens y en el ejemplo del gobierno del inglés Tony Blair. Desde finales de los noventa, Santos comenzó a escribir de manera casi obsesiva columnas al respecto, más que todo en un intento por convencer al Partido Liberal de que ese era el camino que debía seguir para llegar al poder (con él al frente, claro).
 

¿Kool-aid o un propósito loable?

La Unidad Nacional es el nuevo ‘mantra’. Todos los partidos políticos tradicionales se han acogido bajo su manto e incluso, algunos usuarios de la Silla Vacía han regañado a quienes critican sus argumentos, invitándolos a que sigan el ejemplo de ‘unidad’ del presidente electo.

¿Es la Unidad Nacional el nuevo kool-aid? ¿Alrededor de qué es que nos unimos? Con un 70 u 80 de los colombianos de acuerdo con las políticas del Presidente Uribe, lejos de polarización lo que ha existido es lo contrario: unanimismo.

Por eso, algunos creen que la ‘unidad nacional’ entra a reemplazar el mantra de la ‘seguridad democrática’ y es una estrategia no sólo para tener una marca propia y ganar el apoyo de todos los partidos políticos para poderse desmarcar del uribismo sino para desestimular cualquier crítica en el futuro. ¿Si uno está en la ‘unidad nacional’ puede oponerse a alguna política del Presidente?

Pero otros, consideran que la propuesta de Santos podría verse como la oportunidad de superar varias fracturas internas del país y de poner a todas las fuerzas de poder de acuerdo para tenderle puentes a las víctimas, a los más excluidos, a las regiones más apartadas; para finalmente lograr un crecimiento pro-pobre; para lograr una mayor eficiencia del gobierno; para crear una sociedad más justa.

Es todavía demasiado pronto para juzgar quién tiene la razón. Pero asumiendo que es verdad lo que dice Forero, y la filosofía de la ‘Tercera Vía’ le da contenido a la ‘Unidad Nacional’, La Silla Vacía buscó las columnas de Santos al respecto. Esto es lo que él pensaba entonces –y según su reciente entrevista a Radar- lo que todavía piensa hoy sobre lo que debe ser su gobierno:

Sobre qué es la Tercera Vía: “La disputa entre la vieja social democracia y el neoliberalismo fue lo que dio origen a la Tercera Vía. En lugar de regresar al pasado, lo que pretende la nueva izquierda es mantener los principios de la igualdad de oportunidades y de una mejor distribución de la riqueza, y una absoluta prioridad sobre lo social, pero con una concepción diferente sobre el papel del Estado y su forma de intervenir. La nueva izquierda propone una alianza entre el sector público y el privado y considera que no se puede desconocer la importancia del mercado en el funcionamiento de la economía. En palabras del propio Tony Blair: competencia hasta donde sea posible; regulación hasta donde sea necesario.”

Sobre el tamaño del Estado: “Los neoliberales quieren reducir el Estado, los viejos socialistas aumentarlo. El Estado no puede ser considerado como enemigo, ni tampoco como la solución, dice Giddens. Lo importante es rediseñarlo, para que sea efectivo. Es decir, nuevamente aparece la filosofía del Buen Gobierno. ¿En qué consiste ese rediseño? Menciona varios puntos: mayor descentralización; más transparencia; más comunicación directa con la gente; más responsabilidad; mejor manejo del riesgo.

Sobre el buen gobierno: “Es imperativo manejar el Estado con criterios nuevos y personas idóneas, donde el concepto del Buen Gobierno sea la brújula de todas sus acciones.”

Sobre la relación con el individuo: “La Tercera Vía busca una nueva relación entre el individuo y la comunidad, una redefinición de los deberes y derechos de los ciudadanos. Giddens hace mucho énfasis en que no puede haber derechos sin asumir responsabilidades, lo que significa un cambio frente al concepto tradicional del estado de bienestar que tanto defendió la vieja izquierda.”

Sobre la economía: “En el frente económico aboga por una economía mixta donde se le reconoce la importancia al mercado libre pero bajo cierto control y supervisión del Estado cuando el interés público esté de por medio. Una de las propuestas específicas es introducir controles a los flujos de capitales”.

Sobre la equidad: “La justicia social es elemento fundamental de su paradigma, pero ya no se habla tanto de redistribuir el ingreso sino de redistribuir las posibilidades . El esfuerzo por cultivar el potencial humano debe tener preponderancia sobre la redistribución a posteriori. Y como es lógico, la educación es el camino para lograrlo.”

Sobre la globalización: “El proceso de globalización es irreversible. Lo importante es tratar de controlar y corregir sus consecuencias negativas, sobre todo frente a quienes se sienten o han sido excluidos de sus beneficios. (…)Se requiere necesariamente una intervención del Estado para aliviar los efectos nocivos del libre mercado, sin desconocer al mismo tiempo sus bondades. Sí a una economía de mercado; no a una sociedad de mercado”.

Sobre la la crisis del país: “Tiene que ve con una falta de unidad de criterio entre los colombianos sobre el destino que pretendemos construir, el país que queremos. Como decía Séneca desde tiempos inmemoriales: Para quien no tiene puerto de destino, todos los vientos son desfavorables.”

Sobre la democracia: “No es ausencia de democracia sino ausencia de gobernabilidad de un Estado que funcione y sea efectivo; de Buen Gobierno. Y eso solo se logra con partidos fuertes, incluyentes y ahí sí más democráticos, donde tengan cabida y espacio todas esas fuerzas nuevas e inconformes y donde también quepa lo que ahora se denomina la subpolítica. La verdadera reforma es la de los partidos. No existen en la historia ni en la actualidad ejemplos de democracias fuertes y efectivas sin partidos fuertes y representativos.”

Sobre los partidos: “Los partidos son los encargados de administrar el Estado y de fijarle un rumbo a la sociedad en un sistema democrático”
 
Sobre la educación: “la Tercera Vía le da una importancia vital al tema del acceso igualitario a los servicios de educación pues considera que en la medida en que todos los integrantes de un Estado tienen oportunidad de apoderarse del conocimiento, será posible el desarrollo de una nación.” 

Sobre la familia: “La familia democrática, como se le quiere denominar, no puede estar exenta de obligaciones y la protección de los niños debe ser la prioridad de toda legislación y política pública”

Sobre el desarrollo: “Según Amartya Sen no se puede evaluar el comportamiento de una economía o de una sociedad con solo mirar a quienes les va bien y progresan; es imperativo y hasta más importante ver lo que sucede con los rezagados, los de abajo. El verdadero desarrollo para Sen no es el que mide el crecimiento per capita sino el que tiene en cuenta el desarrollo social y humano de los individuos y de la población en general. (…) Las tesis de Sen les llega como anillo al dedo a los proponentes de la llamada tercera vía, sobre todo para los países del tercer mundo.”

Sobre el cómo aliviar la pobreza: “Promover las organizaciones en la base de la pirámide social para darles mucha más injerencia y responsabilidad a los ciudadanos en la solución de sus propios problemas. O, en otras palabras, darles posibilidades a los sectores más vulnerables para que ellos mismos puedan reducir el riesgo social. De pronto este es un mejor camino para aliviar la pobreza y las desigualdades”

Sobre el tipo de Estado: “Un Estado que facilite la creación de una economía inteligente , donde la calidad de la educación como el factor principal de movilidad de la sociedad se convierta en una especie de mantra, donde los sistemas de seguridad social no sean venas rotas y corruptas que fomentan la desigualdad porque ni siquiera protegen a los más débiles, donde se apliquen las mejores prácticas en materia de regulación para que los mercados cumplan su función, donde exista verdadera independencia y armonía entre los poderes públicos.”

Sobre el rol de los mercados: “El mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario. Dónde se traza la raya, depende de cada caso. Un error común ha sido darles demasiado juego a los mercados donde estos no existen.”

Sobre el manejo fiscal: “La disciplina fiscal debe convertirse en bien público. Sin excedentes, no puede haber inversión social productiva.”

Sobre los TLC: “Los tratados de libre comercio tienen poco sentido sin más inversión. Todas las encuestas entre los principales inversionistas señalan la inseguridad jurídica como el principal espantapájaros en América Latina. La debilidad institucional y la corrupción también aparecen como factores adversos.”

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...