¿Cómo está Barranquilla en materia de internacionalización? Una pregunta que no nos hacemos como ciudadanos y que poco se hacen las autoridades locales. 

En Colombia, los procesos de internacionalización de las administraciones locales se encuentran en su etapa inicial, pocas son las ciudades que han decidido apostarle a la construcción de una estrategia de acción internacional sólida y sostenible. Dentro de este contexto, el caso de Medellín sobresale como experiencia exitosa, habiendo logrado una política pública amplia, coordinada y diversificada en términos de actores y temáticas. 

La gestión de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana – ACI-, es una de las muestras más importantes de este proceso en la capital de Antioquia ya que fortalece las relaciones internacionales estratégicas para consolidar una imagen nueva y positiva de la ciudad, facilitando el acceso a recursos de cooperación internacional y propiciado el aumento de los flujos de negocios e inversión para todo el territorio antioqueño.

Seguido de Medellín, el caso de Bogotá también figura como uno importante ya que, de alguna manera, su condición de capital la inserta casi automáticamente en el escenario internacional. Sin embargo, aun con las características que le brinda esta condición, la internacionalización de la ciudad de Bogotá no cuenta con una agenda de acciones definidas, evidenciando que este asunto no constituye uno prioritario en la agenda de política local. El punto más importante de la participación internacional de la capital ha estado concentrado en el ejecutivo distrital, encontrando en La Dirección Distrital de Relaciones Internacionales– DDRI- su principal aliada en la coordinación de la acción exterior.

¿Y Barranquilla?

En Barranquilla, hemos incursionado en la acción internacional; prueba reciente de ello: haber sido anfitriones de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, la iniciativa de la Gobernación del Atlántico al crear la OIC (Oficina Internacional de Cooperación) y la gestión de inversión por parte de grupos gremiales o iniciativas del sector privado como ProBarranquilla. Existen también, dentro del Plan de Desarrollo Distrital vigente (Capital de Vida 2016-2019) una política de atracción de la inversión y dos programas que apuntan a la promoción de la ciudad, evidenciando la intención de las últimas administraciones por incluir el tema en sus ejercicios de planeación. 

Asimismo, la capital del Atlántico le ha apostado, dentro de sus principales herramientas de acción internacional, a la firma de acuerdos de hermanamientos, concebidos, dentro del mundo de la cooperación internacional descentralizada, como instrumentos que permiten crear lazos de amistad y solidaridad entre dos entes territoriales situados en distinto nivel económico para apoyar a las estructuras municipales e impulsar el desarrollo local. 

Para el caso de Barranquilla, los criterios de escogencia de las ciudades hermanas por parte de la administración pública se encuentran determinados, en su mayoría, por ejes temáticos logísticos y de intercambio portuario con el fin de enfrentar los retos del comercio internacional y la entrada en vigencia de varios acuerdos de libre comercio. Por ello, ha adelantado procesos de relacionamiento formal, contando con seis hermanamientos activos hasta la fecha, con las ciudades de: Tampa – EE.UU. (1966), Kaohsiung – Taiwán (2000), Brownsville – EE. UU (2013), Miami – EE.UU. (2015), Aberdeen – Escocia (2016), Ciudad de Panamá – Panamá (2017). 

En este sentido, aun cuando se perciben avances institucionales en materia de internacionalización para la ciudad, estos siguen siendo tímidos e insuficientes en torno a un tema que bien podría ser un motor para el desarrollo local. Lo anterior, para el caso de Barranquilla, se debe a que: 

  1. El principal objetivo que se ha perseguido en el escenario internacional ha sido económico y comercial. Es necesario ampliar la gestión en otros temas para lograr una internacionalización integral.

  2. Las acciones emprendidas en este sentido se encuentran todavía desarticuladas. Se debe consolidar una estrategia que conjugue a la mayoría de los actores.

  3. Si bien es una línea que se ha ido incluyendo gradualmente en los Planes de Desarrollo, no figura como una propuesta seria de gobierno. La voluntad política es fundamental para que esta línea pueda ser ambiciosa y sostenible en el tiempo. 

  4. Desconocimiento. Los gobiernos locales no conocen qué es la “cooperación descentralizada” o la “internacionalización del territorio”, por lo que constantemente se diluye y confunde con otros programas. Es importante que se inicien procesos de formación en estos temas dentro de la administración. 

Abordar cada uno de estos puntos pasa, en principio, por el reconocimiento e identificación de las fortalezas del territorio y Barranquilla, sin duda, posee características estratégicas y valiosas para desarrollar una acción decidida y organizada en este sentido. 

Pasa también por la consolidación de una ciudadanía informada y consciente del proceso, una sociedad civil empoderada de las características del territorio para su participación como actor clave dentro de la construcción de esta política pública y, sobre todo, por unas autoridades locales dispuestas a descubrir las potencialidades del territorio dentro de un marco de acción mucho más amplio.  

CGLU- Ciudades y Gobiernos Locales Unidos/ Global Observatory on Local Democracy and Decentralization (GOLD)/ Sciences Po Grenoble, Francia. Internacionalista y politóloga de la Universidad del Norte. Miembro de la red de investigación RESTEP (Réseau transatlantique sur l’Europe politique). Miembro...