Un 27 de febrero de hace veinte años, dos sicarios asesinaron a Daniel Pérez Cobos “Dany”, vocalista de la banda hardcore Hijos de Caín, en zona céntrica de Barrancabermeja, cuando departía con amigos después de un concierto. Su muerte tiñó de rojo, por enésima vez, las calles del puerto petrolero. Daniel Pérez Cobos fue una víctima, de miles, de la época que se ha denominado popularmente como “los tiempos de la guerra”, expresión usada para los periodos de mayor confrontación entre grupos armados, de extrema izquierda y extrema derecha, que disputaron, a sangre y fuego, por el control territorial, ideológico y de la población.

En el vigésimo aniversario de la muerte del cantante, considero importante evocar su memoria recordando quien fue él para varias generaciones; y para aquellas que no, conozcan a quien cultivo el amor por la música, las artes y el folclor, siendo un referente para la historia de muchos jóvenes en Barrancabermeja.

La primera vez que vi en concierto a Daniel fue en el Parque Camilo Torres en el año 1997. Con un concierto organizado por gestores de la Barrancabermeja de los años 90. Estas actividades las acompañaba con la conformación de una banda de hardcore punk conocida como Hijos de Caín, con la que se destacaba como líder y voz principal. Con ella, acompañaron la escena del rock alternativo, casi inexistente en el municipio. A través de los festivales de rock, organizados por los gestores de la época, miles de jóvenes logramos escuchar por primera vez a Kraken, en voz de Elkin Ramírez en el estadio de sóftbol; a la Pestilencia o Masacre (Mochacabezas), convirtieron el polideportivo Blanca Durán de Padilla en un lugar de conciertos y encuentros de metaleros que venían de diversas partes del Magdalena Medio. El amor por el rock, fue una experiencia fundamental en medio de la adversidad del conflicto armado.

Del crimen

 

Vanguardia Liberal. Archivo Hemeroteca Biblioteca Nacional de Colombia. Consultado el 17 de febrero de 2020.

 

 

El problema del homicidio de Daniel y la impunidad en su caso, no es lo que sucedió. Sino que en la fecha actual, el puerto petrolero registra un incremento

 

 

Durante este tiempo más de 5000 personas fueron desaparecidas y otras más fueron asesinadas. Tal fue el nivel de desproporción de los homicidios en esa época, que debió ser construida una nueva regional del Magdalena Medio, espacio institucional que la fecha presta sus servicios, para ya se quedo pequeña frente a las necesidades tanatológicas del puerto.

En relación a la investigación por el homicidio, el 16 de marzo de 2000 el Fiscal Noveno Seccional de Barrancabermeja, profirió apertura de investigación previa ordenando acciones para el esclarecimiento de los hechos. Un año después, el 25 de abril del 2001, el despacho decretó la suspensión de la investigación y su archivo, sin que se establecieran los autores materiales e intelectuales del crimen. Es decir, su crimen permanece en la total y absoluta impunidad.

Creo que la mejor forma de honrar a Dany sería el nacimiento de un festival de música en su honor como forma de reparación a su familia y la comunidad barranqueña que se vio privada de como uno de sus mejores hijos por el arte y la cultura muriera y fuera olvidado de esa forma.

Ojala las entidades del Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación, trabajen en la día propuesta por las organizaciones de derechos humanos de buscar priorizar o desarrollar un macrocaso con perspectiva territorial en el Magdalena Medio.

 

A falta de justicia y exceso de impunidad, lo único que queda es memoria. A Daniel, gracias por enseñarnos el amor por la cultura y nuestra Barrancabermeja, a pesar del olvido e ingratitud.

Hijo de barranqueña y chucureño. Abogado de la Universidad Nacional de Colombia. Estudiante de la Maestría en Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana. Integrante del CRY-GEAM.