Por Juan Camilo Cárdenas
Los recientes eventos de los realities de nuestro país obligaron como en otras ocasiones a comentaristas y columnistas a debatir hasta dónde es necesario, pertinente, o deseable que la televisión de un país (productores y anunciantes) invierta tanto dinero y los televidentes tanto tiempo en estos programas. reclaman el derecho de unos y otros a hacer lo que quieran con su tiempo y su plata. resaltan las lecciones morales de los mismos. De pronto esto ha logrado hacer pasar a segundo plano en los medios uno de los problemas más importantes por resolver en el país: la reconciliación de espacios e y el caso del Cauca en especial, en donde el diálogo continúa .
Esta intensa atención a los realities me lleva a pensar en el siguiente paralelo. Entre noticieros y realities, o entre los textos de columnistas y periodistas y los comentarios de los respectivos foristas,  ¿dónde se refleja más una sociedad? Tengo entonces que hacer dos confesiones. No me aguanté las ganas y me puse a averiguar los detalles de en el desafío 2012, tal vez porque ando trabajando en el tema de la (des)honestidad, y a buscar también los detalles de , tal vez porque también me interesa el problema de los estigmas y estereotipos en una sociedad que tiene un camino por recorrer sobre tolerancia hacia la diversidad –y en este segundo caso porque la sesión de kick-boxing fue precedida por una serie de frases dignas de cualquier forista anónimo de los principales medios virtuales del país.
La segunda confesión es sobre ese preciso punto. Algunos creen que no vale la pena leer lo que la gente de manera anónima o con algún alias comenta después de una noticia o una columna en los medios virtuales de mayor circulación. Hay que ver el material! Yo me confieso lector de esos comentarios con alguna frecuencia tal vez porque se reflejan allí aspectos de nuestra sociedad que están arraigados en el ciudadano común y que no se capturan en los medios formales. Algunas perlas, a propósito de los estigmas y estereotipos en las noticias y columnas derivadas del :
“iyuumaru, Miércoles 18 de julio de 2012 10:56 p.m., y a es hora que estos indigenas se pongan a trabajar todos los colombianos tenemos que mantenerlos darles tierras comida regarle todo lo que ellos pidan aguantarnos que siembren coca marimba amapola curarle la pereza con el cuento que son de estas tierras de estas tierras americanas la cual nos pertenecen a todos por igual ya que tambien nacimos aqui no mas con este cuento que trabajen que no sean parasitos”
opinoque35, Miércoles 18 de julio de 2012 06:36 p.m., y cuánto tiempo llevamos los colombianos aguantando a estos vagos, sucios, perezosos, narcos, terroristas? o se someten a las leyes colombianas o se largan para ecuador o bolivia. Esa región no progresa porque la mayoría de las tierras fueron tomadas por estos narco terroristas que cuando es para pedir son colombianos, cuando es para cumplir con la constitución son independientes, cuando es para atacar a las fuerzas militares se comportan como narcoterroristas, cuando los capturan o los dan de baja son indígenas arcángeles. No señores, a cumplir con la constitución. y el presidente payaso e inepto que se amarre los pantalones, si es que ya dejó de usar panties.
Y una perlita más liviana pero no por ello exenta de estereotipos:
Adoval, Miércoles 18 de julio de 2012 06:58 p.m., Que les den choza por cárcel!!!
A propósito de estos hechos, la discusión sobre la identidad y los derechos de los grupos indígenas, la soberanía y la pluralidad se ha dado con mucha claridad y elocuencia , y .
Sin embargo he leído menos en los analistas y más en los foristas una dimensión adicional del problema: La intolerancia hacia la diferencia. Los estereotipos o estigmas arraigados en una sociedad tienen consecuencias en la discriminación hacia grupos particulares. Es necesario un análisis y debate profundo sobre la búsqueda de la coexistencia de sistemas culturales, religiosos o económicos en un país que aun requiere erradicar estigmas de este tipo. En un trabajo -en construcción- con Nicolas de Roux y Hugo Ñopo estamos estudiando la prevalencia e importancia de los estereotipos que generan discriminación y sus consecuencias económicas y sociales en nuestras sociedades latinoamericanas. Precisamente sobre el sistemático techo de vidrio que enfrentan las mujeres en América Latina derivado, entre otros, por los papeles culturales que se les asignan a ellas desde su niñez frente a las ciencias, las matemáticas o lo que se considera “éxito”.
En una encuesta representativa realizada en varias ciudades de América Latina, incluida Bogotá, preguntamos a los encuestados si estaban de acuerdo con frases como las siguientes, que reflejan la existencia de ciertos estereotipos que pueden explicar parte de los problemas de discriminación sistemática hacia ciertos grupos cuyas identidades están claramente protegidas por la constitución:
·  Los indígenas que quieren trabajar deben hacerlo en tareas propias de su raza (cargadores, mensajeros, trabajo doméstico)
·  Los afro descendientes que quieren trabajar deben hacerlo en tareas propias de su raza (chóferes, deportistas)
·  En general, los indígenas tienen menos capacidad que los blancos para tener cargos importantes en el trabajo                          
·  En general, los afro descendientes tienen menos capacidad que los blancos para tener cargos importantes en el trabajo
·  Preferiría no tener homosexuales como vecinos.
¿Incómodas? Claro que sí. ¿Políticamente incorrectas? De acuerdo. ¿Conoce gente que, al menos en privado, estaría de acuerdo con algunas de ellas? Apuesto a que sí.
A diferencia de tantos foristas que con poco autocontrol o elaboración, y a diferencia de analistas que con mucha más elaboración pero menos representación de los sentimientos del ciudadano del común, nuestra encuesta refleja de alguna manera parte de la complejidad del problema. Para la muestra un botón: Al preguntarle a las personas si preferiría no tener, entre otros, a drogadictos, alcohólicos u homosexuales como vecinos, vemos una tendencia muy particular para la última categoría. Si bien casi un 50% de las personas con los niveles más bajos de educación declaran que no quisieran tener homosexuales como vecinos (ver el eje vertical), ese porcentaje va cayendo a medida que los años de educación de quien responde van aumentando, aunque son aun bastante altos para personas que han ya terminado el bachillerato. Los otros dos grupos los agregamos como contra-factual de la relación con la educación.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Una gráfica similar resulta cuando miramos el porcentaje de personas que respondieron estar de acuerdo con las frases “Los indígenas que quieren trabajar deben hacerlo en tareas propias de su raza (cargadores, mensajeros, trabajo doméstico)” (d_IP en la gráfica), y “En general, los indígenas tienen menos capacidad que los blancos para tener cargos importantes en el trabajo” (d_IC). De nuevo, el nivel educativo está asociado a un menor porcentaje de personas que están de acuerdo con estas frases, aunque para personas que ya han terminado bachillerato el nivel de acuerdo está alrededor del 20%.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La relación entre estereotipos y logros económicos . Pero en el tipo de estigmas que nos ocupan aquí y que vemos día a día en los debates, foros y realities de televisión, hay espacio para sospechar que causan más costos que otra cosa. Los estereotipos cultivan preferencias por los similares y distancia con los distintos, creando dinámicas de segregación al estilo de Schelling (si quieren pueden jugar con esta idea en .)
Crear tolerancia en la diferencia es uno de los retos más grandes de una sociedad plural; hay que tener las reglas claras y en eso hemos progresado. Pero no es suficiente. Las reglas tienen que ir de la mano con las preferencias y ahí es donde la tolerancia por el otro diferente aun tiene un camino por recorrer. Al menos eso dicen los datos, los protagonistas de la tele y los foristas.