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OCURRIÓ ASÍ -
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Dudas y Certezas
Hubo pocas certezas en la muerte de Adalberto Alfaro. Su cuerpo de 33 años tirado en el pavimento de una calle de Rincón, Suba; dos puñaladas que le quitaron la vida; el médico que, tras intentar el procedimiento de reanimación, consultó la hora para declarar su muerte a las 4:17 del 15 de noviembre del 2015; una madre que se quedó sin esposo y un hijo de 15 años que perdió a su padre. Los detalles, víctimas y victimarios, en cambio, se esconden tras las versiones encontradas de la decena de personas involucradas.
Una de ellas fue la de Julio Alberto Alfaro, el hermano del albañil que falleció esa madrugada. Su testimonio fue clave para que la fiscalía armara el caso en contra del supuesto asesino, Edison Enrique Montenegro, y que fue capturado esa noche.
Pasadas las tres de la mañana del domingo, Julio salió del bar en el que se estaba tomando unos tragos con cinco amigos, entre ellos su hermano. Iban rumbo a la casa en una formación espontánea: Adalberto adelante con un amigo, otros dos un poco más atrás y él a la zaga con Víctor, un cuñado de los Alfaro.
La cuadra de distancia que lo separaba de su hermano no le impidió ver el momento en el que un hombre se abalanzó sobre él, lo derribó y huyó. La formación se rompió; los cuatro amigos que estaban rezagados rodearon al hombre que yacía en el andén.
“¡Alberto, Alberto!” llamó Julio a su hermano. Recibió como respuesta su silencio y la señal roja de la sangre que le empezaba a manchar la camisa azul con rayas verdes y blancas.
Julio vio a la distancia al atacante, el blanco del esqueleto que vestía bajo el alumbrado de la calle.
“Lo corretiamos y lo alcanzamos antes de voltear una esquina. En ese momento llegaron seis o cinco manes, uno de ellos flaco, iba descamisado, le tiró una botella de cerveza a Víctor y le dio en la parte de atrás de la cabeza. Los otros cinco manes estaban armados con navajas y cuchillos y estaban para voltear”.
–Pelea a cuchillo–, explicó luego el fiscal.
Ante la desventaja frente a los amigos de atacante, Julio y Víctor se devolvieron al lugar donde agonizaba Adalberto.
Al lugar llegó un subintendente de la policía a atender lo que por radio le describieron como una riña. Julio Alberto le contó su versión al agente y, cuando este volvió con el supuesto atacante, lo reconoció inmediatamente.
Era el mismo jóven de 20 años, piel clara, ojos oscuros y pelo negro parado que había perseguido por las calles del barrio. El hombre se identificó como Edison Enrique Montenegro. Los ojos del policía se fijaron en las manchas marrones que rompían el blanco de su esqueleto.

“¡Me iban a robar. Con el cuchillo me iban a robar, me alcanzaron a cortar acá!”, aseguró Edinson al policía, mientras se señalaba la nariz.
De todas formas, las esposas se cerraron en torno a las muñecas del joven; se fue detenido en supuesta flagrancia por lesiones personales. En cuestión de minutos, después del dictamen del médico, esos cargos se convirtieron en homicidio.
“¿Dónde está la camiseta ensangrentada que sería una evidencia física en este caso?”, preguntó el abogado de Edison al día siguiente durante la formulación de imputación.
También señaló inconsistencias entre dos de los testimonios presentados por la fiscalía; el de Víctor, quien dijo que los amigos de Edison estuvieron desde el momento del ataque, y el de Julio, quien aseguró que llegaron cuando corretearon a Edison. Las dudas planteadas por la defensa fueron suficientes para que Edison no aceptara los cargos.
Mientras la riña se disipaba, llegaba la policía, se transportaba a Adalberto al hopital y se detenía al supuesto asesino, Sirla esperaba a que su esposo llegara a la casa. Fue la última en enterarse de las puñaladas y la primera en recibir la noticia del fallecimiento de su esposo; llegó al hospital minutos antes de que el médico pronunciara la hora de deceso. El cuerpo de Adalberto volvió a su tierra natal, Mahates, Bolivar. Allí se depidieron de él Siri, su hijo de 15 años y su hermana, Janiris Alfaro
Cada vez que ocurra un asesinato en la localidad, este se ubicará en el mapa.
Edison Enrique Montenegro
Para: La vida
Aun nos falta que en verdad nos duela, porque el día en que quizá sintamos el dolor, de sensación, del no poder, no creer; quizá ese día comprenderemos que nunca debimos enterrar a nuestros muertos.
luisa
Para: la revista
ulises
Para: la familia de paul esteban bernal parra
israel riveros
Para: la familia
Isabel
Para: familiares de victimas
Orlando Diaz
Para: lucina mejia y hermanos de orangel
BRINNER RODTIGUEZ
Para: Para quienes aun estamos vivos.
Alberto
Para: Alejandro y Diego
Todo el pueblo velando a uno de los suyos, no a cualquiera, a uno muy especial. Un joven ser humano que toco mucho corazones... Diego qué dolor contaminarse de rabia, impunidad y dolor y actuar contra un inocente y vivir con eso...Paz en tu tumba Alejandro, paz en tu alma Diego, que te puedas perdonar...
Jeannette Rubiano
Para: Fiscalia y Jueces
Luis Vargas
Para: la familia de Alexander y la de Diego
antonia perez
Para: Fiscalía y jueces
Tal parece que será deber de los familiares recopilar pruebas y testimonios a fin de que este asesinato no quede impune.
Triste ver cómo la impunidad en Colombia está liderada por la pereza de tanto funcionario, quienes sólo se limitan a no complicarse ("enchicharronarse" creo que le llaman).
Yair Vera
Para: Maicol Alejandro Sarmiento
A pesar de que somos efímeros, nada justifica atentar contra la vida.
Gilberto Betancourt
Para: FAMILIA SANDRA
LEYLA
Para: Sandra Patricia
Nada podrá enmendar el crecer sin su madre.
Pensar en la labor de ser Madre, en criar seres de paz y tolerancia.
Milena Parra
Para: los familiares de las victimas
jennifer
Para: Familia de Sandra Q.E.P.D.
Maurico Mosquera
Para: familiares y amigos
un abrazo solidario
Edgar
Para: Sandra Rodríguez
señora sandra,des afortunadamente no eta va en la casa , cuando ocurrieron
los hechos.Dios proteja a los niños que siempre los llevo en mi corazón.a
ese señor que le caiga el todo el peso de la ley, que este caso no sea los
que se archiven, o que quede en la impunidad
gloria naizaque
Para: Familiares de Sandra
Mireya soto
Para: Los familiares de Sandra
Un abrazo,
Astrid
Astrid Salamanca Rahin
Para: la familia de Sandra.
Siendo hombre siento una profunda pena, por este tipo de hechos.
Edward
Para: Todos
Lo siento
Daniel
Para: La familia de Sandra Rodríguez
CECILIA
Para: Todos
Angélica
Para: la familia de Nelson
magaly
Para: Todos
Mi mas sentido pésame por su perdida
alber
Para: Todos
Daniel
Para: Jose Rafael Contreras
Miguel
Para: Todos
Lo siento mucho
lorena