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A mi juicio, este proceso de paz en su conjunto representa un modelo para el mundo, no solo por ceñirse a los mas altos estándares legales internacionales, sino por ser innovador.

De manera general, hay que mirar lo anunciado ayer como el pre-acuerdo sobre el último punto del cronograma de los 5 puntos fundamentales que constituyen el proceso con las Farc. 

A mi juicio, este proceso de paz en su conjunto representa un modelo para el mundo, no solo por ceñirse a los mas altos estándares legales internacionales, sino por ser innovador. Muchos de los preceptos pre-acordados han tomado elementos de los procesos de paz mas exitosos en el mundo, pero han corregido sus errores.

Por ejemplo, y para un tema que las victimas entienden mejor que nadie, se dan verdaderos incentivos para que todos los perpetradores de crímenes de lesa humanidad cuenten la verdad. En Sudáfrica se trato de hacer lo mismo pero no hubo una verdadera consecuencia para quienes no cumplieron. por ello, la gran mayoría de quienes orquestaron el Apartheid no contaron la verdad, pues el incentivo para quienes confesaran (amnistía) no tenía consecuencias concretas y ninguno de los perpetradores tuvo cárcel por no confesar. En Colombia, todo el peso de la ley penal, es decir la cárcel hasta la pena máxima, se impondrá entre los principales perpetradores que no cuenten toda la verdad.

En segundo lugar, este proceso puso a las victimas en el centro dándoles un estatus irreversible y unos derechos concretos e irrevocables. Las implicaciones para las casi 8 millones de víctimas ya reconocidas son inmensas, no solo para empezar a superar sus traumas, sino para empoderarse y recuperar su calidad de ciudadanos. Esta disposición y la centralidad de las víctimas también es única en el mundo.

En tercer lugar, este proceso, a diferencia de todos los procesos de paz que lo antecedieron en el país, se ha caracterizado por su publicidad y relativa transparencia. Todo lo que se ha pre-acordado es de libre acceso en el internet. Esto también es único en el mundo, a pesar de que la mayoría de los colombianos no lo hayan leído.

Finalmente, quiero destacar el principio clave que informa todo el proceso: “nada esta acordado hasta que todo este acordado”. Este es un principio  de negociación que debe remover el miedo a los detalles o asteriscos  del proceso, como los llaman los negociadores, de que el Acuerdo Final que debemos refrendar o no todos los colombianos tendrá preceptos ocultos.

Por ello, nuestro deber como ciudadanos es tratar de entender lo que se firmó, mirar las implicaciones del fin de las Farc en todos los aspectos que nos afectan (seguridad, modelo económico, etc.) y con ello, poner un grano de arena en la reconciliación de todos los colombianos que es un presupuesto necesario para el bienestar común. 

Profesora de Estudios Internacionales, George Washington University. Investigo temas de conflicto, justicia transicional, construcción de paz y reducción de violencia.