Pedro César Pestana Rojas, más conocido como el ‘Indio’, es un médico y dirigente político indígen oriundo del pueblo de Momil, que ha amasado un amplio poder en los departamentos de Sucre y Córdoba.

Pese a estar condenado por parapolíticia desde 2009, logró convertir a su hermana Yamina en quinta senadora más votada del Partido Conservador en las legislativas de 2014, pese a que no contaba con ninguna experiencia previa en política.

Además, su hermana Ana Luisa es diputada por el partido conservador en la Asamblea de Sucre, y lleva dos períodos poniendo alcaldes en Tuchín (Córdoba).

La base de su poder, dicen los entendidos, es la EPS Indígena Manexka, la cual fundó el 1 de abril de 1998, junto con un grupo de indígenas del Resguardo Zenú Córdoba – Sucre

Manexka tiene sedes en los municipios cordobeses de Momil, Chimá, Chinú y Tuchín; y en los sucreños de Sincelejo, Sampués y Palmito. Le presta servicios de salud a unos 250 mil indígenas de 129 cabildos, los cuales ha capitalizado Pestana elección tras elección en potenciales votantes para sus candidatos.

Gracias al control que mantuvo sobre la EPS hasta su liquidación por orden de la Superintendencia de Salud a principios de 2017, Pestana se convirtió en un superpoderoso de Sucre y Córdoba, aunque su figura pasa de agache en la política nacional.

El grupo político de Pestana enarbola la bandera del Partido Conservador en esos dos departamentos del Caribe y tiene como punta de lanza a Yamina Pestana, la quinta senadora más votada de los azules en las pasadas legislativas con 85 mil votos pese a no contar con experiencia política previa a esa elección.

Además eligió a otra hermana, Ana Luisa Pestana, en la Asamblea de Sucre con aval conservador (18.119 votos) y quien llegó, también sin experiencia política, a reemplazar a otra hermana, Sandra Pestana.

Sandra ahora trabaja como asesora jurídica en la Alcaldía de Tuchín, fortín del clan Pestana que actualmente se encuentra en cabeza de Carmen Hernández Velásquez (Partido Conservador), quien llegó ahí con el respaldo de ‘el Indio’ y como relevo de Eligio, otro de sus hermanos.

De hecho los Pestana, cuando Eligio era diputado en Córdoba, fueron protagonistas en la creación del municipio de Tuchín, considerada la sede del clan político.

En las elecciones de 2015 jugó en Sucre con el grupo del cuestionado exrepresentante Yahir Acuña, quien lanzó a su esposa Milene Jarava a la Gobernación pero perdió en las urnas. Sin embargo, como contamos en La Silla Caribe, ‘el Indio’ mantiene participación en el gabinete del gobernador de Sucre Edgar Martínez con la secretaria administrativa Acela Calderín.

En Córdoba también tiene poder. Durante la Gobernación del cuestionado Alejandro Lyons (2011-2015) mantuvo cuotas en las secretarías de Desarrollo Económico y Cultura. Hoy tiene un diputado en la Asamblea de Córdoba y una fuerte influencia sobre el ICBF en ese departamento.

Sus líos con la justicia vienen por cuenta de una alianza que los paramilitares del Bloque Norte de las AUC forjaron con varios líderes zenúes de Montes de María para trabajar por la causa paramilitar.  

Uno de esos encuentros Tiene que ver con una cumbre paramilitar en 2006 (cuando ya la EPS existía) a la que asistieron, entre otros políticos y personajes, Pedro Pestana y su mano derecha Antonio Martínez. Ahí, los asistentes se comprometieron a trabajar por la causa paramilitar. La historia de esta reunión fue contada por Semana. Ese encuentro motivó  la condena a Pestana y a Martínez.

Esa reunión dio pié para una investigación judicial y el 28 de septiembre de 2009 el Juzgado Segundo Penal de Bogotá lo condenó a seis años de cárcel por concierto para delinquir.

Desde ese momento Pestana se encuentra resguardado en una cárcel indígena amparándose en un fallo judicial que permite a los indígenas cumplir sus penas dentro de sus cabildos.

Bajo estw argumento un juez de Chinú le había otorgado su libertad en 2014 al considerar que ya había cumplido su sanción pero dos años después la Corte Constitucional tumbó esa detención y ordenó que fuera capturado y trasladado a una prisión ordinaria.

A la fecha esto no ha sucedido y Pestana sigue desde su supuesta cárcel indígena manejando los hilos de su grupo político.