En la página 10 de la sección “Domingo a domingo”, del 18 de octubre, el periódico El Tiempo hizo un repaso a las noticias de la semana que pasó, en la esquina inferior izquierda había un destacado que bajo el título de “ELTIEMPO.COM/” mostraba “las más leídas”:

—‘Nunca pensamos que una simple denuncia terminara en esto’, hermano de Fanny L. Perez. (con comentarios registrados en el portal de internet)

—‘Fabián Ramírez’ estaría tras el plan para asesinar al periodista Herbín Hoyos, quien se iría de Colombia. ( comentarios registrados en el portal de internet)

—Colombia venció 2-0 a Paraguay en último partido de eliminatoria al Mundial del 2010. ( comentarios registrados en el portal de internet)

Resulta extraño que “Reflexiones sobre un escándalo”, la columna de Claudia López, que tuvo esa semana 1.761 comentarios registrados en el portal de Internet, no aparezca en esta lista (estos comentarios, a diferencia de los de las otras noticias, fueron ). Igualmente extraño es que “Razones de una decisión”, el editorial con que el periódico justificó el despido de la columnista a raíz de esa columna, con comentarios, tampoco califique como lo más leído. ¿O será que lo más comentado no es lo más leído?

Una fuente de análisis externa a “ELTIEMPO.COM/”, “Google.trends”, herramienta alterna que permite ver los términos de búsqueda más populares en períodos de tiempo y zonas determinadas, muestra que al cruzar “Claudia Lopez”, “Fanny Lorena”, “Herbin” y “Paraguay”, en Colombia en el mes de octubre, los dos primeros nombres marcan resultados importantes. El buscador funciona sin tíldes y a Fanny L. Perez hay que quitarle el apellido y llamarla con la misma confianza que uso la prensa; “Paraguay”, o el fúbtol, le gana a todas; “Herbin” lamentablemente no figura. “Fanny Lorena” triplica a “Claudia López”, claro, esa noticia comenzó antes y además recibió un mayor despliegue informativo. Basta leer los registrados en “ElTIEMPO.COM/” para darse cuenta del interés mediático que tuvo ese caso de desaparición:

Viernes 9:
—Extraña Desaparición De Joven Que Trabajaba En La Universidad Distrital ‘Ernesto, ¡Me Están Atacando…!’
—Apareció joven universitaria que era buscada desde el martes en Bogotá

Sábado 10:
—Fanny Lorena Apareció Viva
—Fanny Lorena Apareció En Portal De Transmilenio De El Tunal
—Nuevas evidencias que hacen dudar de versión de joven desaparecida encontraron autoridades
—Su Familia La Buscaba Desde El Martes; No Recuerda Nada Fanny Lorena Apareció En Portal De Transmilenio De El Tunal
—Autoridades dudan de versión de Fanny Lorena Pérez, mujer reportada como desaparecida

Domingo 11:
—Fanny Lorena Mantuvo Tres Días En Vilo A Su Familia Policía Duda De Las Versiones Dadas Por Joven Desaparecida

Lunes 12:
—La Joven Sufrió Ayer Un Ataque De Ansiedad; Las Autoridades Dudan De Su Versión El ‘Novelón’ De Fanny Lorena
—Llamadas de celular y retiros de cajero el día que desapareció, dudas en caso de Fanny Lorena Pérez
—El ‘Novelón’ De Fanny Lorena

Martes 13:
—Alcalde ordena llegar al fondo en el caso de Fanny Lorena, la joven que estuvo desaparecida
—Voz que le dice ‘cállese’ a Fanny Lorena se oye en mensaje donde pedía auxilio, dice su familia

Miércoles 14:
—’Nunca pensamos que una simple denuncia terminara en esto’, dice hermano de Fanny Lorena Pérez
—Multa Joven Sería Sancionada Por Mentir
—¿Esto le pasa? Enlagunadas o escapadas
—¿Cree usted que Fanny Lorena, la mujer que fue reportada como desaparecida durante tres días miente o está dicendo [sic] la verdad? (Foro del lector: 505 comentarios)

Sábado 17:
(opinión)

La última entrada es llamativa. Se trata de un texto de Ernesto Cortés Fierro, editor jefe de El Tiempo, que en el último párrafo de su columna escribe: “El tema no es de poca monta y de ahí que la verdad no dé espera. Diariamente se denuncian desapariciones en la ciudad que —como en la fábula del Pastorcito mentiroso—, terminan en nada; pero otras seguramente merecerían el mismo despliegue policial y mediático que se le dio a Fanny Lorena.” Resulta paradójico y hasta cínico que el mismo “editor jefe” sea quien diga que hay otras desapariciones que merecen el mismo cubrimiento de este caso, cuando el periódico donde él ejerce le dio más de 16 entradas a esta noticia, con foro incluido, en menos de cinco días; por la evidencia es claro que fue El Tiempo, en gran parte, el medio que contribuyó a darle un despliegue desmedido a la noticia en desmedro de otros casos de desapariciones (por ejemplo, ¿por qué el foro de El Tiempo no se uso para discutir el caso de Claudia López?).

Y si se trata de mujeres “desaparecidas”, hay un nuevo incidente de desaparición que “no es de poca monta”. En el menú desplegable de “Buscar otros columnistas” en ELTIEMPO.COM/, aparecen desde vivos como José Obdulio Gaviria hasta muertos como D’artañan, pero hay un nombre que brilla por su ausencia: Claudia López; desapareció de la lista y ahora para leer sus columnas publicadas los lectores deben buscarlas a través de “Google”, queda esperar que el editor no bloquee el residual que por una ruta oblicua lleva a ELTIEMPO.COM/.

Por estos días ha sido recurrente afirmar que el periódico El Tiempo tuvo todo el derecho, como empresa, de tomar la decisión que tomó, en eso han coincidido un grupo de columnistas que incluye a José Obdulio Gaviria (que le a dijo a BBC Mundo que el despido de la columnista era “algo natural”), y al columnista y miembro del comité editorial de El Espectador, Hector Abad (que que los dueños del periódico “nunca van a aceptar que uno de sus columnistas desprestigie la marca desde sus páginas; no sería natural.”) Ambos están equivocados, lo que no debería ser natural es que un periódico se asuma como dueño de la información y la esconda, la fabrique o la borre según su conveniencia, y además use su poder como medio para favorecer sus propios intereses políticos (favoreciendo a su candidato), comerciales (buscar ganar la licitación de un canal de televisión) o familiares (tener un cena navideña en amor y en paz en Cartagena o en el Country Club). Ya lo decía , defensora del lector, desde un cargo que lleva vacante por más de un año en El Tiempo:

“…toda democracia requiere un periodismo que cumpla a cabalidad su función de proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para tomar sus propias decisiones y la orientación necesaria para comprender la compleja realidad en que viven. Esto, en pocas palabras, significa que el oficio periodístico debe ejercerse bajo la premisa ética de la información como bien público”

Si la información es un bien público, el que la noticia sea sobre un medio no convierte al medio cuestionado en dueño y señor feudal de la noticia. La libertad que usó El Tiempo para elegir fundarse en el periodismo es la misma libertad que asiste a la crítica en su derecho a expresarse; no se puede tener lo uno sin aceptar la otro. Pero la libertad de periodistas y lectores no es muy tolerada por las directivas de El Tiempo que parecen haber sopesado el daño colateral que les iba a traer el escándalo del caso López con los beneficios de enviar un mensaje claro, contundente y permanente a todos sus empleados, incluidos los columnistas: antes que ejercer la crítica deben practicar la censura, en vez de ser autocríticos deben autocensurarse; lo que para muchos resultará de lo más cómodo.
 

En este punto los lectores de la novela 1984 recordaran la función que cumple Winston Smith, el protagonista de la alegoría distópica publicada por George Orwell en 1949. Winston trabaja para el Ministerio de la Verdad, ahí retoca los documentos del pasado para que se adapten a las “verdades” del presente; tal vez alguien así fue quien borró con inusitada prontitud los 1.761 comentarios de la columna de Claudia López, o fue el que se encargó de que esa noticia no figurara como la más leída; y ahora es él quien ha borrado el nombre de la columnista del menú de opinión (Internet resulta ser el medio ideal para borrar, ahí no quedan ni las cenizas); vaya uno a saber que más cosas ha hecho este sumiso y diligente funcionario y que otras tendrá por hacer: el pasado se borra o se retoca, el presente se fabrica y manipula, definitivamente el tiempo no se detiene…

Bogotá, 1971. Profesor, Universidad de los Andes. A veces dibuja, a veces escribe.luospina@uniandes.edu.co