Todos los colombianos sabemos que el país atraviesa circunstancias extremas que ameritan un periodismo extremo. Hace unos días los primeros periodistas saltaron a la plaza pública para salvar nuestra democracia (¡gracias, valientes!); ahora, una joven promesa del oficio nos muestra su puño de hierro en estas horas aciagas. Será menos estético que un discurso, habrá manchas de sangre en el piso, pero no por ello deja de ser encomiable. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio de sacar confesiones. Esta guerra no se va a gana sola.

Luis Carlos Vélez aprendió el oficio en dos escuelas similares, idénticas para los observadores más agudos: la Doctrina de la Guerra Preventiva, de Estados Unidos, donde acumuló horas de vuelo, y el Análisis Futbolístico Estrambótico, que lleva en la sangre.

A continuación veremos su interrogatorio. Fíjense en la manera como el periodista no deja ningún detalle al azar: la iluminación, los colores (su corbata negra), la mirada (helada, tal vez los últimos ojos que veas) y el manejo del tiempo, ese ritmo rápido y a la vez cadencioso, la esencia de la privación sensorial de la víctima y la antesala del simulacro de ahogamiento.

El video dura unos siete minutos e incluye algunas glosas mías. Vale la pena que lo vean completo. Como los buenos interrogatorios, escala a medida que avanza.

YouTube video

@CCortesC

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